Taiwán se protege contra las nuevas sanciones de Estados Unidos a las fundiciones de China
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La industria china de semiconductores se enfrenta a nuevas restricciones por parte de los reguladores estadounidenses, que quieren bloquear el suministro de equipos y materiales para fabricación de chips. Pero los problemas no acaban ahí, ya que los proveedores taiwaneses no quieren verse involucrados, y están frenando sus inversiones en ampliar y construir nuevas fábricas en China.
Estados Unidos ha iniciado una nueva escalada de medidas contra los fabricantes chinos de la industria de semiconductores, bloqueando gran parte del suministro de equipos, componentes y materiales para la fabricación de chips a la empresa SMIC. Esto podría ser el inicio de una estrategia de más amplio espectro, que casualmente llega cuando China lanza su siguiente plan quinquenal de estímulo de la industria de circuitos integrados.
Como ha su cedido con otras medidas adoptadas por las autoridades de Estados Unidos en el marco de este gran conflicto comercial, la industria de otros países se está viendo afectada, y Taiwán es un buen ejemplo. Este país constituye uno de los mercados más fuertes de la industria de semiconductores, ya que cuenta con algunas de las principales empresas a nivel mundial, en diferentes niveles, entre ellos el de sustratos para la fabricación de chips. Y sus principales firmas están fuertemente afincadas en China, al menos hasta ahora.
Ante el movimiento de las autoridades norteamericanas, las principales empresas de materiales con sede en Taiwán han decidido adoptar una postura cautelosa, y están frenando sus inversiones en China para no sufrir sobrecostes y otros problemas comerciales. Entre estas empresas están Unimicron Technology, Nan Ya PCB y Kinsus Interconnect Technology, que ya han comenzado a paralizar sus proyectos en China, tanto de incremento de producción como de construcción de nuevas plantas.
Estas medidas se están tomando a pesar de que China ha tratado de incentivar en repetidas ocasiones a estas empresas para que construyesen nuevas plantas de sustratos de gama alta en el país, como ayuda para fortalecer la cadena de suministro nacional. Pero la presión que está ejerciendo Estados Unidos se deja sentir cada vez más, y las empresas de Taiwán quieren proteger sus intereses.
Esto comenzó con las sanciones de EEUU a Huawei, pero este nuevo conjunto de restricciones impuestas a SMIC ha terminado de convencer a la industria taiwanesa de que debe apartarse de este conflicto. Porque apenas ha comenzado la siguiente etapa, ya que China va a lanzar su propia tecnología de memoria de nueva generación, abordando el principal segmento de la industria de semiconductores en todo el mundo.
La autosuficiencia de la industria China todavía queda lejos, y Estados Unidos trata de torpedear el avance tecnológico del país asiático por todos los medios posibles, antes de que logre establecerse como un competidor aún más fuerte para las empresas americanas y sus socios en otras regiones. Mientras tanto, en China están estudiando cómo contrarrestar la estrategia estadounidense, y tratará de seguir reforzando su propia industria, e ir evolucionando su capacidad para alcanzar las tecnologías más modernas, para las que por ahora depende de proveedores extranjeros.