El almacenamiento en cinta, tu mejor apuesta en tiempos de recesión

Tribuna de opinión de Anna Baldrís, Business Development Manager Iberia de Fujifilm Recording Media

Según la previsión de Gartner el gasto mundial de TI ascenderá a 4,5 billones de dólares en 2023, lo que supone un incremento del 2,4% respecto a 2022. Mientras que, a nivel europeo, IDC estima que el gasto en TIC alcanzará los 1,2 billones de dólares en 2023 y superará los 1,4 billones en 2026, registrando una tasa de crecimiento anual compuesto (TCAC) del 5,4% durante el periodo 2021-2026. De cumplirse las estimaciones de Gartner, supondría un frenazo en seco de este mercado ya que el crecimiento del gasto en sistemas de centros de datos aumentó un 12% en 2022.

Paralelamente IDC proyecta que la cantidad de datos digitales creados o replicados a nivel mundial llegará a superar los 180 zettabytes en 2025, partiendo de los 64 zettabytes en 2020, al multiplicarse por más de treinta en la última década, lo que supone un crecimiento medio anual de casi el 40% en cinco años.

Por lo tanto, constatamos que, a pesar de las presiones inflacionistas y la recesión económica actual en varios países europeos, las perspectivas del gasto europeo en TIC siguen siendo positivas, pero no suficientes para poder absorber el volumen de datos generado a nivel mundial.

La incertidumbre de la economía marcada por la alta inflación, la guerra de Rusia y Ucrania o la crisis de semiconductores están impactando en las decisiones de inversión de las organizaciones. Los CIOs de la mayoría de las empresas son ahora mucho más cautos a la hora de definir sus estrategias de inversión en TIC, priorizando la eficiencia de estas.

De hecho, los consumidores y las empresas se enfrentan a realidades económicas muy distintas. Mientras que la inflación está devastando los mercados de consumo, vemos como las empresas siguen aumentando el gasto en TIC a pesar de la desaceleración económica mundial. El principal problema para las empresas radica en que el aumento de gasto previsto en TIC no basta para absorber la cantidad de información generada en la actualidad, clave, para conservar y generar valor de los datos, los activos más valiosos que pueda tener una compañía.

Sabemos que el contexto económico provocará que se puedan conservar los dispositivos e infraestructuras de TI durante más tiempo, retrasando las compras de sustitución y ampliando la vida útil de los sistemas existentes.

Los analistas de la industria estiman que entre el 60% y el 80% de los datos almacenados prácticamente no se consultan, pero no pueden borrarse para cumplir con las normativas en vigor en materia de conservación de datos a largo plazo, por políticas internas y por su gran valor. Teniendo en cuenta que este elevado porcentaje de la información se almacena esencialmente en soluciones de disco, el gasto energético que se deriva de su ventilación y enfriamiento térmico supone un importante coste económico para las empresas y también medioambiental.

El almacenamiento en cinta, por el contrario, ha mostrado una mayor eficiencia energética ya que puede permanecer inactivo en una ranura de la librería de cintas o en un estante fuera de ella cuando no se usa, sin consumir energía, durante varias décadas.

Por consiguiente, todas las compañías pueden reducir drásticamente el consumo de energía y las emisiones de CO² asociadas, al tiempo que reducen sus gastos operativos y de capital, identificando el volumen de datos inactivos para almacenarlos en soluciones más eficientes, seguras, y sostenibles, como las recientes generaciones de cinta que ofrecen, además, el coste más bajo por TB almacenado del mercado.  

Durante décadas, el almacenamiento en cinta ha permitido a las grandes empresas ahorrar hasta un 86% en la conservación de datos a largo plazo.

Más información

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