Las nuevas restricciones comerciales de Estados Unidos preocupan a la industria de semiconductores

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En los últimos años la administración Trump ha lanzado medidas muy duras para gravar el comercio con China, y fuertes restricciones al comercio con este país, algunas muy bien acogidas por las empresas estadounidenses. Pero las últimas restricciones anunciadas, que impiden la exportación de ciertas tecnologías de chips al país asiático, están viéndose como una amenaza por parte de algunos representantes de la industria norteamericana de semiconductores.

El gobierno de Donald Trump está caracterizándose por su enconada lucha para dañar los intereses comerciales de China, que es su principal competidor a nivel internacional. La industria tecnológica es uno de los principales frentes de batalla, dado que el país asiático está tratando de evolucionar para construir los eslabones de la cadena de suministro tecnológico que le faltan. Lo curioso es que ambos países están tratando de independizarse tecnológicamente uno de otro, pero sus industrias están tan interrelacionadas que es complicado hacerlo, menos aún de forma abrupta.

Pero la política de la administración estadounidense parece seguir este camino, algo que las empresas de semiconductores del país están percibiendo cada vez más como una amenaza para sus interesas, el menos a corto y medio plazo. Esto se debe a que por el momento buena parte de sus negocios se deben a la venta de componentes a China, uno de los principales nodos de fabricación de tecnologías de la información y las telecomunicaciones, tanto comerciales como empresariales.

Esta oposición no es nueva, ya que las medidas anteriores ya han afectado a los negocios de muchas empresas tecnológicas y de la industria de semiconductores. Pero ahora, los representantes la Asociación de la Industria de Semiconductores (SIA), el Consejo Nacional de Comercio Exterior, la organización SEMI y otros seis importantes miembros del sector han enviado una carta al secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, pidiendo que reevalúe su estrategia.

En ella instan a que las autoridades tengan en cuenta los comentarios y las opiniones de la industria antes de poner en vigencia las nuevas medidas, con el fin de evitar consecuencias indeseadas para los intereses del país. En su opinión, los cambios que propone el gobierno podrían “resultar en impactos significativos para la industria de semiconductores, su cadena de suministro global y en el conjunto del sector tecnológico”.

Además, señalan que esto es especialmente importante en este momento, en el que también Estados Unidos se enfrenta a la pandemia del coronavirus, y tratan de poner en valor la importancia de los semiconductores en la lucha contra la enfermedad. Citando la carta, “los semiconductores impulsan la funcionalidad de los equipos médicos avanzados utilizados por los profesionales de la salud para tratar al público, y permiten el teletrabajo”.

Por su parte, Ajit Manocha, presidente de la organización SEMI, dijo a título personal en una carta al presidente Trump que esta medida “serviría como desincentivo para nuevas inversiones e innovación en los Estados Unidos, y afectaría negativamente al diseño de tecnología y componentes en los Estados Unidos”. Y añadió que estos cambios podrían dañar seriamente las exportaciones estadounidenses de equipos para la fabricación de semiconductores, un mercado que genera más de 20.000 millones de dólares al año en la economía estadounidense.