La reubicación de proveedores de componentes afectará a toda la industria tecnológica
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El conflicto comercial entre Estados Unidos y China está obligando a los fabricantes de equipos y dispositivos tecnológicos a mudar sus cadenas de producción fuera del país asiático. Pero los proveedores de componentes para ordenadores, placas base o unidades de almacenamiento están teniendo más dificultades para seguir este camino, y esto seguirá afectando a los precios de muchas tecnologías base.
Los aranceles que Estados Unidos ha impuesto a los productos manufacturados en China han obligado a los fabricantes de diseños originales (ODM) a mudar sus fábricas a otros países, principalmente del sudeste asiático, para escapar de la excesiva carga de impuestos a sus operaciones con clientes norteamericanos. Esto está llevando a buena parte de la industria tecnológica a instalarse en países como Tailandia, Malasia, Vietnam o Indonesia, y devolviendo a ciertos fabricantes a sus países de origen, como Taiwán, Corea o Japón, entre otros.
Pero esta reubicación de las fábricas se está produciendo principalmente en el caso de los ODM y los integradores de sistemas, que suene ser grandes compañías, con bastantes recursos. Mientras tanto, los fabricantes de muchos de los componentes que se instalan en los productos de las grandes marcas son pequeñas y medianas empresas, que no cuentan con los recursos necesarios para llevar a cabo una mudanza a otros países, donde además pueden encontrar condiciones menos ventajosas para sus operaciones.
Muchas de estas empresas más modestas, además, realizaron una mudanza hace unos años a la parte occidental de China, lo que les permitió reducir los costos, y ahora carecen de la capacidad para trasladarse de nuevo, y menos aún a otros países. Este tipo de compañías suministran componentes como conectores, cables y otros elementos básicos de las placas de circuitos integrados, que se encuentran en todo tipo de dispositivos electrónicos, tanto ordenadores como dispositivos móviles, discos duros, pantallas, etcétera.
Además, los recursos que tienen estas empresas se están dedicando a implementar la automatización en la producción y en reforzar la integración vertical de sus líneas de producción para reducir los costes laborales. Esto tendrá un coste, ya que sus productos sí seguirán bajo las condiciones arancelarias que impone Estados Unidos, lo que afectará a la industria de semiconductores en general y, por consiguiente, al mercado global de todo tipo de dispositivos.
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