La evolución tecnológica ha marcado el sector de almacenamiento SSD en 2018
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A lo largo de este año la industria del almacenamiento de estado sólido ha realizado un gran salto evolutivo, dando pasos cruciales para establecerse como la alternativa clara al tradicional almacenamiento HDD. Desde los dispositivos de consumo hasta el mercado empresarial y de los centros de datos, los discos SSD están llamados a ser los sustitutos naturales del almacenamiento magnético.
Durante este año se han producido numerosos avances tecnológicos que han llevado el almacenamiento de estado sólido a un nuevo nivel. Por un lado, los fabricantes han lanzado nuevas tecnologías de chips NAND Flash de alta capacidad, cuyo destino ya no solo es inundar el mercado de dispositivos móviles y ordenadores portátiles, sino hacerse cada vez más hueco entre el mercado de almacenamiento general de datos. Este es un paso importante en la proliferación del almacenamiento en un sector profesional, que genera enormes ingresos, y que actualmente está dominado por los discos duros HDD.
Este avance no solo se debe a la natural evolución de una tecnología a la que se atribuye un gran futuro, sino que responde a la creciente necesidad de un acceso a los datos de alta velocidad en los entornos IT más exigentes. Concretamente, en la analítica avanzada y en los sistemas basados en inteligencia artificial, dos ecosistemas tecnológicos que requieren el máximo rendimiento en todos los aspectos, y donde los HDD más rápidos llevaban tiempo quedándose cortos. Por una parte, los fabricantes han mejorado sus tecnologías de memoria de alto rendimiento, con nuevos chips SLC (single-Level Cell) de más capacidad y rendimiento. Un ejemplo de ello son los nuevos modelos de disco Z-SSD de Samsung, que ofrecen un rendimiento récord con una capacidad notable. Pero, además de los chips SLC de última generación, tecnologías como 3D Xpoint están plantando cara con un rendimiento superior en diversos campos, aunque también con un precio superior.
Este tipo de memoria, denominada comúnmente Storage Class Memory, ofrece la máxima velocidad y se puede destinar al almacenamiento, como sustituto de la DRAM o como intermediario entre esta y el almacenamiento HDD convencional. En cualquier caso, su elevado precio le ha impedido cosechar el éxito que como tecnología podría merecer, lo que en parte ha llevado a sus creadores, Intel y Micron, a disolver su alianza para la fabricación de esta tecnología, y también de su desarrollo conjunto de memoria 3D NAND. Esto, probablemente, dará como resultado nuevos productos de ambas marcas en estos dos campos de la memoria, y por tanto más competencia.
Y, al margen de las unidades de alto rendimiento, el entorno natural de los discos SSD, los fabricantes se han dedicado de lleno durante este año a sentar las bases del futuro asalto al mercado de almacenamiento de propósito general, con nuevos chips 3D NAND TLC (Triple-Level Cell) de 64 capas, con los que están elevando la capacidad de los SSD casi al nivel de los actuales HDD. Y de cara al ano que viene van a lanzar nuevas unidades de 90-96 capas, que al año siguiente darán paso a las de 128 capas. Con estos productos, los fabricantes pretenden elevar la capacidad de los dispositivos móviles, los ordenadores portátiles y de sobremesa, y también introducir sus productos de alta densidad de bits en los centros de datos.
En cuanto al almacenamiento empresarial, uno de los mayores mercados es el de los discos duros de alta capacidad y bajo precio, destinados especialmente al archivo de datos a largo plazo. Este subsector está dominado por los HDD de bajo coste, pero determinados fabricantes como Micron tienen como objetivo introducir nuevos SSD de aún más capacidad y precio más bajo. Se trata de los QLC (Quad-Level Cell), que permiten registrar hasta cuatro bits por celda, y que tienen un coste por Gb tan competitivo que podría acabar desbancando con el tiempo a los actuales discos mecánicos.
No se puede hablar de avance en la industria de SSD este año sin mencionar la irrupción del nuevo ecosistema de almacenamiento basado en NVMe. Este protocolo e interfaz no es nuevo, pero durante 2018 se ha introducido de lleno en la industria, ya que diferentes fabricantes de soluciones de almacenamiento all flash han lanzado nuevos y exitosos productos que emplean esta tecnología para la conexión de los discos duros de estado sólido. Y, además, ha comenzado la expansión de los tejidos de red basados en el protocolo NVMe-oF, que trasladan la conectividad directa entre almacenamiento y procesador entre diretentes equipos del centro de datos, habilitando un nuevo tipo de red de alta velocidad que se irá extendiendo en el sector datacenter y más allá. Además, sus desarrolladores acaban de actualiuzar su interfaz de administración y se esperan nuevas versiones de los protocolos NVMe y NVMe-oF para los próximos meses, que habilitarán esta tecnología para nuevas redes y sistemas, mejorando diferentes aspectos, lo que potenciará su penetración en más industrias.
Con todos estos avances, está claro que la tecnología SSD va a continuar quitando mercado a los HDD en los próximos años, avanzando hasta desbancar total o casi totalmente a los discos mecánicos. Por ello, durante este año los principales fabricantes de discos duros están moviéndose estratégicamente para ganar participación en este mercado. Marcas tradicionales de HDD, como Western Digital, Toshiba y Seagate llevan un par de años posicionándose (algunas por segunda vez) en el mercado SSD, logrando competir en facturación y envíos con fabricantes como Micron, Intel y SK Hynix. Pero aún quedan lejos de las cifras de Samsung, líder del sector, y tecnológicamente tienen mucho trabajo por hacer para competir en segmentos como el almacenamiento de alto rendimiento.
En este ecosistema de creciente competencia van a entrar nuevos jugadores, como las marcas emergentes chinas, que tiene planes para soportar por sí mismos la gran demanda interna de su país, y de expandirse a otros mercados. Con todos estos movimientos, 2018 ha sido un año marcado por la competencia y la sobreoferta de chips y unidades SSD, lo que ha conducido a un radical descenso de precios que probablemente continuará durante la al menos primera mitad 2019. Pero los expertos prevén que en el año que viene el mercado de SSD continuará creciendo y restando volumen (proporcionalmente) al sector HDD, impulsado por la creciente necesidad de almacenamiento en centros de datos, empresas, dispositivos móviles y portátiles.
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