La oposición irlandesa pide una moratoria para la industria datacenter

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El partido socialdemócrata de Irlanda ha propuesto implantar una moratoria para paralizar la expansión de la industria de centros de datos, porque consideran que está saliéndose de control. Instan al Gobierno a replantearse el modelo de crecimiento de un sector que está generando problemas en el suministro eléctrico y en el medio ambiente, y causando perjuicios que cada vez están menos justificados en términos económicos.

La industria de centros de datos está creciendo con fuerza en Europa, animada por el avance de los servicios en la nube y las condiciones impuestas por el reglamento GDPR, que obliga a almacenar la información de los ciudadanos y empresas europeas dentro de las fronteras de la región. Esto está beneficiando a los principales mercados y a algunos emergentes, pero hay varias ubicaciones que se enfrentan a problemas por la gran densidad de instalaciones. Especialmente los países bajos, donde la falta de espacio y las preocupaciones urbanísticas y medioambientales llevaron a paralizar el crecimiento de la industria para elaborar nuevas regulaciones sobre su actividad.

Ahora, Irlanda podría seguir el mismo camino, ya que el partido socialdemócrata acaba de presentar una propuesta al Gobierno para imponer una moratoria a la industria datacenter. Siguiendo el ejemplo de Ámsterdam, instan a paralizar la construcción de nuevos centros de datos mientras se elabora una nueva normativa que regule la expansión y la forma de actuar de las empresas del sector. Su intención es que esta medida se sume a la hoja de ruta de desarrollo sostenible que ha planteado el Gobierno, y los argumentos que esgrime la oposición tienen un apoyo considerable en el país.

En un comunicado emitido a través de Twitter, el partido socialdemócrata dice que “el aumento en los centros de datos arriesga mucho: nuestra seguridad energética, inversiones, empleos y objetivos de acción climática. Sin embargo, el Gobierno no ha realizado un análisis de costo-beneficio”. Por ello, el miércoles pasado presentaron esta moción en la que solicitan una moratoria ante el crecimiento descontrolado de esta industria.

Esta comunicación venía acompañada de un vídeo en el que Jennifer Whitmore, portavoz de Clima, Medio Ambiente y Biodiversidad del partido, dice que “realmente es un caballo desbocado y en esta etapa el gobierno no tiene una idea exacta de lo que eso significa para Irlanda y nuestra infraestructura. El gobierno esencialmente está firmando cheques en blanco para la demanda de energía que tal vez no podamos cubrir”.

Este es uno de los principales problemas sobre los que alertan a la opinión pública y al Gobierno, ya que la capacidad de suministro eléctrico en el país está viéndose comprometida por la actividad de los centros de datos. Esto ha incentivado a muchos ambientalistas y organizaciones relacionadas con la gestión de recursos públicos a manifestarse contra los grandes proyectos que se están preparando en ciertas regiones del país, y que ahora cuentan con un apoyo político que da más fuerza a sus demandas.

Así, la oposición irlandesa propone esta moratoria como una medida temporal que serviría para parar máquinas y replantear el modelo de actividad y de expansión de la industria, para que siga beneficiando a la economía, pero no a costa de perjudicar a la sociedad y al resto del tejido empresarial del país. Esta propuesta es menos radical que la presentada el pasado junio por el partido People Before Benefit, que proponía la creación de una ley que prohibiese por completo los centros de datos, las plantas de gas licuado y otras industrias vinculadas al uso de combustibles fósiles.

Lo que parece claro es que Irlanda se encuentra ante una disyuntiva importante, porque ha establecido objetivos de sostenibilidad medioambiental muy ambiciosos, pero su economía está muy relacionada con industrias que no son precisamente las más ecológicas. Los centros de datos, por su parte, son grandes consumidores de electricidad y de otros recursos como el agua. El gobierno se ha propuesto que el 70% de la energía producida y consumida en Irlanda provendrá de fuentes renovables para 2030, pero esto se complica ante las perspectivas para la industria datacenter, que según EirGrid podría consumir el 27% de toda la energía del país para 2029.

Ciertas voces autorizadas proponen derivar la expansión de los centros de datos a regiones con una red de suministro energético menos saturadas, pero para los ambientalistas y estos dos partidos políticos esto no es suficiente. Actualmente, EirGrid tiene pendiente aprobar el acceso a la red eléctrica para 30 nuevos centros de datos que se quieren construir en Irlanda, y esto ha hecho saltar las alarmas por los problemas para garantizar el suministro general.

Los representantes del partido socialdemócrata consideran que el problema está en la falta de control, y en los incentivos fiscales y energéticos que se han otorgado a la industria tecnológica para atraer el negocio y permitir su expansión, y piden seguir una política similar a la que han adoptado en lugares de gran concentración de esta industria, como son Ámsterdam o Singapur.