Rediseñando el almacenamiento para acelerar la recuperación empresarial

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La progresiva digitalización conlleva un aumento constante del volumen de datos que las organizaciones tienen que almacenar, activos que encierran un gran valor potencial que muchas veces no se aprovecha. Por ello, los expertos recomiendan a las empresas que replanteen el diseño de su infraestructura de almacenamiento impulsar la recuperación económica y los nuevos modelos de negocio digital.

Según una investigación realizada por IDC y el fabricante de discos duros Seagate, el volumen de datos a nivel mundial va a expandirse a gran velocidad en los próximos años, acompañando el ritmo acelerado de la transformación digital. El uso de las nuevas tecnologías y de las que están por venir elevará la cantidad de datos generados, y la respuesta para sacarles partido también está en la tecnología. Según el informe Rethink Data, las empresas no están aprovechando el 68% de los datos que almacenan, desaprovechando un gran valor potencial.

El problema estriba en la dificultad y el elevado coste que conlleva administrar los conjuntos de datos masivos que capturan las organizaciones, y los líderes de TI tienden a descartar muchos de ellos porque el coste de mantenerlos es inmediato. Esto implica que muchas veces se deshacen automáticamente de información que podría tener valor, por considerarla superflua. En caso de querer almacenarlos, si se trata de un gran volumen de datos, el coste de subirlos a la nube, almacenarlos allí, puede superar las previsiones, sobre todo si se consideran los costes adicionales de transferencias de subida y bajada, las llamadas API y otros procesos.

Esto pone muchas dificultades para los CIO a la hora de replantear sus estrategias y su infraestructura de almacenamiento para mejorar su rentabilidad. Los responsables de esta investigación apuntan a que la mejor línea de acción tras el auge casi obligatorio de la migración a la nube es adoptar soluciones de almacenamiento de datos integrales, más eficientes y escalables. Pero la clave está en saber elegir correctamente la solución más adecuada en cada caso concreto.

Explican que en la era digital ya no se trata simplemente de escalar la capacidad de datos, como se ha hecho hasta ahora, ya que ahora hay que tener en cuenta muchos más factores. Prescindir de la nube no es una buena opción, por lo que se debe buscar una arquitectura que abarque la infraestructura local y en la nube, aprovechando al máximo las ventajas que ofrece cada modelo.

La nube es ideal para crear y alojar aplicaciones, mientras que la TI local proporciona más seguridad, rendimiento y control de costos. Pero saber combinar ambos entornos en la medida justa para construir un modelo híbrido puede ser muy complejo, sobre todo si se necesita almacenar un gran volumen de datos. Por ello, es preciso diseñar las soluciones híbridas atendiendo a las necesidades comerciales de la organización, sin perder de vista hacia dónde se quiere enfocar el negocio digital.

Como ejemplo, los expertos indican que las organizaciones que necesitan crear y actualizar aplicaciones para el consumidor pueden enfocarse más en la nube, manteniendo una infraestructura local más contenida, que les permita almacenar en sus instalaciones los datos confidenciales de los consumidores que usan estas aplicaciones. Por otro lado, las empresas que necesitan trabajar con grandes volúmenes de datos y disfrutar del máximo rendimiento deben priorizar la infraestructura de almacenamiento local, pero también necesitarán la nube para otras áreas del negocio, como la atención al cliente.

A la hora de escoger la arquitectura y la infraestructura de almacenamiento más adecuada para ambos entornos, los expertos aconsejan no basarse en hardware antiguo ni en repositorios en la nube innecesarios. En vez de ello, aconsejan elegir cuidadosamente los sistemas de almacenamiento que no solo aborden las necesidades actuales, sino las que vendrán más adelante, lo que les permitirá seguir avanzando sin cargar con el lastre tecnológico de la TI heredada o de infraestructura que se quede obsoleta rápidamente.