Cancelan otro proyecto de cable submarino por la influencia de Estados Unidos
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Se acaba de anunciar la cancelación del proyecto para la construcción del cable submarino de Micronesia Oriental, que habría conectado las diferentes ubicaciones de este y otros países de la región, con enlaces a otras líneas internacionales. El motivo es la presión estadounidense contra la compañía encargada de su construcción, antigua filial de Huawei, porque la consideran un riesgo para la seguridad nacional.
La influencia de Estados Unidos en los proyectos de infraestructura de interconexión de sus aliados y socios es mucha, especialmente en Asia Pacífico, y se acaba de ver un nuevo ejemplo de ello. Tras la cancelación del polémico cable PCLN por sospechas de colaboración con los servicios de inteligencia chinos, ahora se ha anunciado la cancelación de la construcción del cable de Micronesia Oriental, un proyecto que pretendía construir un cable para unir las diferentes islas de los Estados Federados de Micronesia (FSM) con Naru y Kiribati.
Este país insular es socio de Estados Unidos, mediante una cuerdo de defensa militar, y Naru es un estrecho socio de Taiwán, aliado asimismo de EEUU, ya que es de las pocas naciones que lo reconocen como país. Pero Kiribati ha ido acercándose cada vez más a China en los últimos dos años, y su voto tuvo mucho peso en la concesión del proyecto a una empresa china. Se trata de HMN Technologies (anteriormente Huawei Marine), que presentó una oferta un 20% más barata que la de otras empresas pujantes, como Alcatel Submarine Networks y NEC.
Pero la agencia Reuters acaba de publicar que los responsables de este proyecto, liderado por el Banco Mundial, se han negado a conceder el proyecto a HMN Technologies. Las sospechas de espionaje que circulan en relación a esta empresa han bastado para cancelar el proyecto, que además conectaría con el cable submarino HANTRU-1, que en su momento fue financiado por el Ejército de Estados Unidos, ya que enlaza con una ubicación militar estadounidense en el Pacífico.
Lo más grave de esta situación es que, al no existir una razón real (solo sospechas) para eliminar a la antigua filial de Huawei de esta pugna por hacerse con el proyecto, los responsables de su concesión se han visto forzados a cancelarlo. Al parecer, diciendo que ninguna de las ofertas presentadas cumplía con los requisitos. Esto supone un varapalo a la economía digital de la región, que se habría beneficiado de una mejor interconexión entre las muchas islas que forman estos países, que ahora deberán esperar a que se reconduzca el proyecto, con el consiguiente retraso.
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