EEUU quiere aumentar la vigilancia de los cables submarinos extranjeros
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La Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos ha solicitado incrementar la vigilancia de los cables submarinos que aterrizan en países que considera adversarios políticos y comerciales. Esto es otro paso más en la estrategia norteamericana de control y bloqueo de los intereses de sus competidores, especialmente China, una medida que podría plantear problemas en el caso de las infraestructuras que conectan varias regiones, con sus propias leyes.
Desde que Estados Unidos y China iniciaron su guerra comercial ambos países han desplegado todo tipo de estrategias para dañar las capacidades económicas del adversario. El que más presión parece está ejerciendo en los últimos tiempos es Estados Unidos, especialmente con la política comercial agresiva de la administración Trump. Poco a poco ha ido lanzando diferentes medidas contra las empresas chinas, entre ellas las tecnológicas, y uno de sus objetivos más ambiciosos es que Estados Unidos deje de depender tanto de los productos manufacturados en este país.
Y no solo se trata de un tema comercial, sino que tiene una importante vertiente en lo que se refiere a la seguridad nacional, lo que está dando excusas a Estados Unidos para boicotear las iniciativas de comercio tecnológico de China, bloqueando a los proveedores de equipos de telecomunicaciones, entre otros. Y a la luz del rápido progreso digital esto ha tomado una nueva vertiente, que es la de controlar en la medida de los posible los datos y las vías por las que estos viajan por todo el mundo.
En este sentido, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de EEUU acaba de solicitar que le otorguen más capacidad para monitorizar y controlar las comunicaciones que se realizan a través de cables que conectan Estados Unidos con lo que denominan “países adversarios”. El comisionado Geoffrey Starks afirmó que “esto incluye los cuatro cables submarinos existentes que conectan a EEUU y China, la mayoría de los cuales son propiedad parcial de empresas estatales chinas” Y comentó explicó que “las preocupaciones no son solo sobre los lugares de aterrizaje de los cables, sino sobre sus propietarios y operadores”.
Y dijo: “llamo nuevamente la atención sobre un aspecto crítico de las comunicaciones modernas que también está sujeto a la supervisión de la Comisión: el transporte internacional de tráfico entre los Estados Unidos y el resto del mundo a través de cables submarinos. Debido a que estos cables son tan importantes, debe garantizar que los países adversarios y otros actores hostiles no puedan manipular, bloquear o interceptar las comunicaciones que transmiten”.
Estas declaraciones suceden a la aprobación de una serie de normas que simplifican el proceso que deben seguir las agencias federales para evaluar la seguridad nacional, la aplicación de la ley, la política exterior y la política comercial en relación a las solicitudes de empresas de telecomunicaciones extranjeras. Ahora, estas solicitudes deberán ir acompañadas de formularios de seguridad y pruebas que avalen las respuestas. Y, además, deben certificar que pueden cumplir con las reglas de la FCC y designar a un ciudadano estadounidense o residente permanente como persona de contacto para cualquier incidencia que pueda ocurrir.
El rumbo que están tomando las autoridades estadounidenses lleva un tiempo asentándose, con polémicas decisiones como la cancelación del proyecto inicial de cable transpacífico PLCN, que pretendía conectar Estados Unidos con China, que ahora solo llegará hasta Taiwán. Pero con este nuevo conjunto de normas las autoridades podrían intervenir otras instalaciones que actualmente están en funcionamiento, por lo que los operadores internacionales se están anticipando a posibles problemas en sus interacciones con Estados Unidos.