El volumen de datos crece más rápido que la capacidad de almacenamiento

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La transformación digital está ocasionando un aumento exponencial de los datos y de las fuentes que los generan, lo que obliga a aumentar constantemente el espacio en los centros de datos. Así, el año pasado la capacidad de almacenamiento total instalada era de 6,7 zetabytes, y sigue creciendo, pero a un ritmo más lento que la cantidad de datos creados o duplicados, que en 2020 se situó en 64,2 zetabytes.

Los expertos de IDC han publicado los últimos datos de sus índices Global Datsphere y Global StorageSphere, que recogen el volumen de datos que se crean y la capacidad de almacenamiento instalada a nivel global, respectivamente. Sus investigaciones de los últimos años revelan que el volumen de información digital que se crea o se replica por seguridad crece a un ritmo muy veloz, mientras que la capacidad total instalada en los centros de datos aumenta a un ritmo mucho menor.

Las cifras actuales muestran que en 2020 la cifra de datos que se crearon o replicaron aumentó rápidamente a causa del mayor uso de servicios y aplicaciones digitales, alcanzando unos 64,2 zetabytes. Aunque solo el 2% se ha guardado hasta este año, ya que mucha de esta información no tenía valor en sí, o solo en el momento de crearla. Esta ha sido la tendencia tradicional, ya que la inmensa mayoría de datos no necesitan ser almacenados, al menos a largo plazo.

Como explica Dave Reinsel, vicepresidente senior de Global DataSphere de IDC, el año pasado el volumen de datos creados o replicados aumentó mucho más rápido de lo previsto. Y afirma que “su impacto se sentirá durante varios años. La cantidad de datos digitales creados durante los próximos cinco años será mayor que el doble de la cantidad de datos creados desde el advenimiento del almacenamiento digital”. Ante esta realidad, se plantea la pregunta de qué datos se deben almacenar.

Hasta ahora, la gran mayoría de los datos tenía valor solo durante un tiempo limitado, o solo tras ser procesados por una aplicación concreta, y no era necesario almacenarlos a largo plazo. Pero esto está cambiando con el progreso de la digitalización y la aparición de nuevas tecnologías que generan grandes volúmenes de datos, como los dispositivos móviles o Internet of Things.

Estas tecnologías generan información que se debe procesar y, en muchos casos, almacenar como datos históricos que ocupan espacio durante períodos cada vez más prolongados. Así es posible utilizarlos para entrenar modelos de aprendizaje automático y profundo, así como para muchas aplicaciones de inteligencia artificial y analítica avanzada que trabajan con datos en tiempo real, y también con históricos con los que compararlos.

Mientras el volumen de datos que se genera o que se replica no para de crecer, la capacidad de almacenamiento disponible en los centros de datos de todo el mundo lo hace más lentamente. Según el índice Global StorageSphere, el año pasado había un total aproximado de 6,7 zetabytes de espacio a nivel mundial, y los expertos de IDC esperan que la cifra siga creciendo a una CAGR del 19,2% en los próximos cinco años, una tasa inferior a la que muestra la creación y replicación de datos, que estiman en un 23%.

Según explica John Rydning, vicepresidente de investigación de Global DataSphere en IDC, “las organizaciones deberían considerar prepararse ahora para almacenar más datos, mientras buscan alcanzar hitos de transformación digital y mejorar las métricas comerciales acelerando iniciativas innovadoras de análisis de datos”. Otros datos interesantes del informe de IDC son que los datos de IoT serán la categoría de crecimiento más rápido en el período 2020-2025, seguida de las redes sociales.

Por otro lado, los datos creados en la nube no crecen tan rápido como los datos que se almacenan en ella, pero siguen creciendo más deprisa que la media. Y los datos creados en infraestructuras perimetrales están creciendo casi tan deprisa como los de la nube. Como pronóstico final, los expertos de IDC prevén que el DataSphere empresarial crecerá dos veces más deprisa que el DataSphere de los consumidores, lo que da una pista de la importancia que tendrá para las empresas aumentar su capacidad de almacenamiento, tanto en la nube como en la TI local.

IDC explica que hay tres razones principales para aumenta la cantidad de datos que se almacenan a nivel mundial. La primera es que los datos son cada vez más importantes para la resiliencia digital de las empresas, ya que influyen directamente en la capacidad de una organización de adaptarse rápidamente a las interrupciones del negocio. Y no solo para restablecer las operaciones, sino para capitalizar los cambios que se van produciendo, en vez de interpretarlos como problemas.

En segundo lugar, las empresas digitalizadas pueden utilizar los datos para desarrollar soluciones nuevas e innovadoras para asegurar el futuro del negocio. Además, las empresas se están dando cuenta de que tener más datos almacenados no solo les ayuda a entender mejor si están siguiendo el camino correcto, sino también a crear oportunidades de lanzar nuevas fuentes de ingresos en sus carteras de productos, aparentemente saturadas. Por último, las empresas necesitan tomar el pulso a sus empleados, socios y clientes para mantener altos niveles de confianza y empatía que aseguren la satisfacción y la lealtad, y los datos son la fuente principal de información que les permite comprender la situación.

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