La mayoría de datos europeos se encuentran almacenados en Estados Unidos
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A pesar de las condiciones que impone la Regulación General de Protección de Datos europea, la mayor parte de los datos generados por los ciudadanos de la Unión todavía se encuentran almacenados en Estados Unidos. Esta es la principal revelación de un reciente estudio realizado por Oliver Wyman, que pone de relieve lo lejos que se encuentra todavía la verdadera independencia digital de Europa.
El Reglamento General de Protección de Datos lleva más de un año en vigor, pero los datos de los ciudadanos y las empresas europeas no han vuelto a su origen, como establece esta normativa. En principio, GDPR impone que los datos generados por los europeos deben estar almacenados en instalaciones afincadas en la región, pero la realidad es bien distinta. Según revela el estudio European Digital Sovereignity, elaborado por la firma Oliver Wyman, actualmente el 92% de los datos de Europa están almacenados en Estados Unidos.
Esto pone de manifiesto que Europa se encuentra muy lejos de lograr la soberanía digital que trata de conseguir a través de sus nuevas políticas y regulaciones sobre la economía digital. Las estimaciones de la Comisión Europea son que esta aportará 1,1 puntos porcentuales al crecimiento del PIB europeo, logrando impulsarlo un 14% para el año 2030 (unos 2 billones de euros). Y en este contexto los datos se han convertido en un activo verdaderamente estratégico, y la UE espera que su valor se duplique para 2025, pasando de representar un 2,4% del PIB de la región en 2018 (380.000 millones de euros) a entre el 4,2% y el 6,3%.
Pero actualmente la economía digital europea está demasiado ligada a compañías extranjeras, que proporcionan todo tipo de servicios, desde el correo electrónico al almacenamiento y las aplicaciones personales y empresariales alojadas en la nube. Esto establece muchas limitaciones para lograr la soberanía digital europea, ya que esta gran dependencia impide a Europa convertirse en u líder digital por derecho propio. Por ello, los expertos creen que es preciso recuperar el control, la confianza y la soberanía de los datos y de la tecnología subyacente, lo que permitiría a personas y organizaciones decidir qué datos se recogen, cómo y para qué, capitalizando un valor potencial enorme, que ahora se encuentra en manos extranjeras.
Como explica Augusto Baena, socio de Communications, Media & Technology de Oliver Wyman, lograr la soberanía digital va a tener un coste elevado. Según sus estimaciones, el coste total será de más de 500.000 millones de euros. Especifica que serán “130.000 millones para 5G, 200.000 millones para la construcción de una infraestructura Cloud y Edge distribuida, 100.000 millones para impulsar la inteligencia artificial y 100.000 millones para mejorar la ciberseguridad”.
Este coste deberá ser asumido por diferentes fuentes públicas y privadas, interesadas en alcanzar la independencia por motivos diversos. Pero, a pesar del gran volumen de gasto que supondrá lograr esta independencia, permitirá crear empleos de alto valor añadido y reducir la brecha digital, lo que a su vez contribuirá a mantener el estatus de la soberanía digital de cara al futuro. Y, para lograr estos ambiciosos objetivos, las organizaciones de la región trabajarán en estas cuatro líneas de acción principales: Infraestructura cloud y Edge europea, desarrollo propio de la inteligencia artificial, conectividad 5G y mejora de ciberseguridad.
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