Las organizaciones pueden reducir el impacto ambiental de la migración a la nube
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En los próximos años las organizaciones seguirán apoyándose en la nube para soportar el crecimiento imparable de los datos, pero esto tiene un coste en términos medioambientales. Ante este aumento de demanda, los proveedores cloud están ampliando la capacidad en sus centros de datos, lo que genera un gran consumo energético y les impide mantener sus objetivos de sostenibilidad, por lo que la industria demanda un cambio de estrategia de cara al futuro.
La transformación digital implica un aumento sin precedentes de los datos, y muchas organizaciones se ven incapaces de almacenar toda esta información en sus propias instalaciones, por lo que recurren a los servicios en la nube. Esto está impulsando el negocio de los proveedores en la nube, que están ampliando rápida y constantemente la capacidad de TI en sus centros de datos, y alquilando capacidad adicional en instalaciones de terceros.
Esto está elevando el consumo energético de la industria a nuevos niveles, y se espera que en la próxima década el sector se convierta en uno de los grandes consumidores de energía a nivel mundial. Actualmente hay una marcada polarización en las opiniones de los expertos, pero es innegable que los centros de datos consumen mucha energía, y este gasto seguirá aumentando a medida que se construyan más instalaciones para sostener la transformación digital.
Datos recientes de la industria indican que el número de centros de datos hiperescala están aumentando un 14% cada año, mientras que el gasto en los servicios de cloud pública ha aumentado un 17% entre 2019 y 2020. Como resultado, los expertos comparan el gasto energético de los centros de datos de la nube con el consumo anual de electricidad en España, y la cifra no para de crecer. Asimismo, este progreso está incrementando el volumen de CO2 emitido a la atmósfera, algo que se podría mitigar aplicando un enfoque más ecológico en la industria. Según una investigación de Accenture, estas emisiones se podrían reducir en 59 millones de toneladas al año, lo que equivaldría a retirar 22 millones de coches de las carreteras.
Además, están convencidos de que la migración a la nube ofrece importantes oportunidades de cambiar de rumbo en la industria de centros de datos. En su opinión, este volumen ya ha alcanzado una masa crítica que permitiría justificar las inversiones necesarias para cambiar de rumbo hacia una mayor sostenibilidad. Y esto pasaría por adoptar fuentes de energía limpias y reducir los residuos derivados de los materiales usados en los centros de datos, entre otras estrategias.
Según los expertos de Accenture, para adoptar este concepto de nube sostenible las empresas deberían centrarse en tres estrategias principales. La primera es escoger el proveedor teniendo en cuenta su compromiso con la sostenibilidad y las garantías medioambientales que ofrece. Esto abarca su forma de actuar desde la planificación a la construcción y operación de los centros de datos, y también sus políticas de reciclaje y economía circular.
La segunda estrategia consiste en considerar tres “niveles de ambición” en los planes de migración a la nube: migración de infraestructura como servicio (nivel bonce), aplicación de prácticas de ingeniería de software sostenibles (nivel plata) y optimización de aplicaciones para el ecosistema de la nube (nivel oro). Esto se basa en sus estimaciones de que el 84% de las emisiones de carbono a la atmósfera de una empresa se pueden reducir mediante migraciones de IaaS y el 98% a través del diseño de aplicaciones para la nube. Esto se logra gracias a que los centros de datos de la nube más modernos y sostenibles cuentan con sistemas de alimentación y enfriamiento más eficientes que en los centros de datos empresariales. Y la migración a estos entornos podría permitir una reducción del 65% del consumo energético y del 84% en las emisiones de carbono.
Por último, la tercera estrategia que recomiendan los expertos de Accenture es apostar por la innovación constante, ya que solo a través de estrategias de I+D+I se pueden mejorar las condiciones de operación en las infraestructuras de centros de datos. Y ponen el foco en las grandes posibilidades que tiene esta industria para adoptar los preceptos de la economía circular, sobre todo en la reutilización de equipos dentro de las instalaciones.