La migración a la nube y sus costes inesperados
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Como parte de la digitalización las organizaciones se apresuran a migrar sus datos a la nube, pero en muchos casos este proceso esconde costes ocultos que no se han valorado desde el principio. Además, se presentan otros retos que provienen de la complejidad que supone manejar el volumen creciente de datos en infraestructuras cada vez más complejas y diversificadas.
La nube es un apoyo fundamental para las estrategias de almacenamiento de datos de las organizaciones, ya que muchas se enfrentan a una avalancha de datos imposible de manejar en sus propias instalaciones. Escalar la capacidad de almacenamiento interna para satisfacer estas necesidades supone gastos difíciles de asumir para muchas organizaciones, por lo que la solución obvia es recurrir a los servicios de almacenamiento en la nube.
Pero muchas empresas no saben calcular con precisión el espacio que cloud que necesitan y acaban consumiendo más de lo previsto, lo que genera sobrecostes inesperados, que además se vuelven recurrentes. Además, el movimiento de datos dentro y fuera de la nube también tiene un coste, y a más datos, más gasto. Como resultado, se está incrementando más de lo previsto el presupuesto anual destinado a la nube, y los líderes de TI están cada vez más preocupados por encontrar una forma de equilibrar la situación.
Según los expertos, hay varios problemas principales en lo que se refiere a los sobrecostes de la nube, y uno de ellos son las “trampas” que esconden los proveedores en los servicios de almacenamiento en niveles. Cada uno de estos niveles tiene una finalidad principal y unas características de rendimiento y capacidad, y el movimiento de datos entre ellos genera gastos que no suelen estar bien calculados, ya que las organizaciones no saben cuánta información necesitarán guardar en cada uno de ellos.
Aunque los costes mensuales por gigabyte están establecidos claramente, el movimiento de datos genera un tráfico que tiene un precio que muchas veces es variable, y aquí es donde se encuentra la trampa. Según los analistas, es vital recurrir a servicios de almacenamiento cloud que especifiquen claramente estos costes, de forma que los clientes puedan anticipar mejor los gastos derivados del almacenamiento, pero también del movimiento de datos dentro y fuera de la nube.
Entre las variables más importantes a la hora de cuantificar el coste y de evaluar la solución de almacenamiento en la nube más adecuada están las tasas de volumen general de datos transferidos, las de transferencia dentro o entre regiones, dentro o fuera de las zonas de disponibilidad y dentro o fuera de la nube del proveedor.
Además, hay otros costes que aplican muchos proveedores, como tarifas por solicitudes de datos, por las llamadas API, como las acciones de lectura y escritura. Esto significa que los costes se incrementan cada vez que un objeto o archivo de datos se guarda, se mueve, se copia o se recupera, acciones que se llevan a cabo constantemente, y que es muy difícil anticipar. Todo esto se vuelve altamente complejo y las organizaciones se ven en dificultades para prever los gastos que van a tener por su uso del almacenamiento en la nube, por lo que se recomienda mirar con lupa las condiciones de los proveedores a la hora de escoger un servicio, sobre todo para las empresas que operan en diferentes regiones económicas y de la nube.