El retraso de la ley de Moore afecta a la actualización de servidores
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Años atrás, la ley de Moore permitía determinar con bastante fidelidad los ciclos de actualización de servidores en las empresas y centros de datos, pero actualmente este principio ha perdido vigencia. La dificultad de fabricar procesadores más miniaturizados reduce la necesidad de renovar los equipos con pocos años de vida, aunque todavía existe margen porque existen bastantes servidores de más de tres años en funcionamiento.
La ley de Moore indicaba que cada dos años se duplicaría en número de transistores en los procesadores, pero en los últimos años este ritmo ha decrecido, ya que los fabricantes no logran miniaturizar sus tecnologías siguiendo esta norma. Como consecuencia, los proveedores de servidores y otros equipos informáticos para empresas y centros de datos tienen más problemas para incentivar a sus clientes a que renueven sus sistemas.
Según los expertos del Uptime Institute, institución especializada en la industria de centros de datos, esta escasez de CPU en el mercado hace que las empresas no inviertan en renovar los servidores de tres años de antigüedad o menos. Esto se fundamenta en que el tradicional aumento de rendimiento y la reducción de consumo que proporciona cada nueva generación de servidores ya no es tan grande. Por ello, la mayor parte de los clientes pequeños y medianos están retrasando varios años la actualización, algo que también afecta a los grandes operadores, aunque en menor medida.
Aunque, según los expertos, a pesar del estancamiento de la ley de Moore todavía existe un caso sólido para la actualización de servidores de hasta nueve años, debido a que actualmente sí se puede ofrecer una gran mejora en eficiencia energética con los equipos más actuales. Esto está sosteniendo una buena parte de la tendencia de actualización de equipos en los centros de datos, ya que a la vez que se duplicaban los transistores cada dos años, se multiplicaba por dos el rendimiento por vatio cada año y medio.
Este ritmo de mejora también ha desacelerado, afectando a los dos principales proveedores de plataformas de computación de categoría empresarial (Intel y AMD), que han tenido dificultades para sostener esta mejora. En su análisis, el Uptime Institute ha considerado solo los servidores de doble socket, desglosando los datos a intervalos de 18 meses, y han detectado un dato muy interesante y positivo. Este es que, en el último período de año y medio (hasta octubre de 2019), se logró recuperar el crecimiento en la relación potencia/rendimiento.
Esto podría ayudar a mejorar el mercado de servidores de cara a 2020, aunque no se espera que se produzca un gran crecimiento en la venta de equipos hasta ver cómo funcionarán las nuevas tecnologías que llegarán después de mitad de año. Esto se debe a que las empresas seguirán la corriente de escepticismo que se ha ido instalando en los últimos años, ya que el aumento de potencia de los procesadores por vatio consumido ha descendido mucho en el período 2015-2019, con una media de solo un 20%, mientras que en etapas anteriores llegó a alcanzar entre un 200% y un 300%.
Aunque los expertos destacan que, con la próxima reducción de las técnicas de litografía a 7 nanómetros, Intel y AMD podrán fabricar una nueva generación de chips más potentes y eficientes. Se espera que esto permita recuperar un ritmo al menos similar al de la clásica ley de Moore, lo que podría estimular una nueva ola de actualizaciones entre los clientes que buscan equipos de muy alto rendimiento. Y no se descarta la llegada de nuevos jugadores al terreno de juego, ya que gigantes de la industria como TSMC han anunciado que para mediados de 2020 tendrán listo el proceso de litografía de 5 nanómetros.
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