Los servicios de streaming aumentan los requisitos de almacenamiento y ancho de banda en las redes

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Desde el lanzamiento de YouTube la industria dedicada al streaming ha crecido de forma exponencial, y con la llegada de servicios de vídeo bajo demanda como Netflix se ha impulsado de nuevo el tráfico y el mercado de almacenamiento de datos. Según los expertos, el próximo salto vendrá de la mano del vídeo 4K y de las aplicaciones de realidad virtual, que requerirán mucho más espacio en los centros de datos y ancho de banda en las redes globales.

El crecimiento de YouTube ha sido uno de los grandes impulsores del almacenamiento de datos destinado a medios audiovisuales, ya que la constante e ingente contribución de sus usuarios no ha parado desde su nacimiento en 2005. A esto se han sumado otras muchas plataformas de contenido audiovisual alimentadas por sus usuarios, pero también una nueva generación de servicios online de vídeo bajo demanda. Porque desde que se puso en marcha Netflix, allá por 2007, ha surgido una competencia en varios frentes para hacerse con el trono del mercado de VOD.

Por un lado, están las plataformas independientes como Netflix, por otro las grandes productoras de contenido como HBO, AMC, etcétera y, por otro, las nuevas plataformas de los proveedores de telecomunicaciones, como son Movistar, Vodafone, etcétera. Todas ellas han ido ganando clientes en los últimos años, con más o menos éxito, y en su constante competencia han ido aumentando el volumen de contenidos para satisfacer a una masa de clientes cada vez más exigentes.

Esto ha supuesto un mayor gasto en compra de derechos de exhibición, pero también en la producción de contenidos propios que generen más engagement en los usuarios. Todo ello estimula la competencia y está teniendo un efecto positivo en la industria de almacenamiento de datos, entre otras, ya que el vídeo es una de las aplicaciones que más datos consume. Más aún el vídeo en Ultra Alta Definición, que multiplica por dos la resolución de Full HD y, por tanto, la capacidad necesaria para almacenar las películas, series y los vídeos de los usuarios de portales de vídeo y redes sociales.

Otro impacto importante de esta evolución es el modelo de conexión de los proveedores de estos servicios, que tradicionalmente han recurrido a las Redes de Distribución de Contenido (CDN) para almacenar los archivos lo más cerca posible de los usuarios. Pero dada la gran cantidad de servicios disponibles y la evolución hacia los nuevos formatos de 4K y realidad virtual, la industria prevé que para el año 2022 el tráfico de vídeo representará un 82% del total del tráfico IP de las empresas y los consumidores.

Estas cifras provienen del último informe de Cisco que además prevé que el tráfico debido a la proliferación del contenido de realidad virtual y aumentada harçá que el tráfico derivado de esta tecnología se incremente en 12 veces entre 2017 y 2022. Por ello, los expertos señalan que está llegando la hora de llevar a cabo un rediseño de la propia red global de Internet, ya que las arquitecturas clásicas no soportarán los requisitos que imponen estas y otras aplicaciones en materia de tráfico y acceso a los datos. Por el momento la industria se plantea la computación y el almacenamiento perimetral como la solución más obvia, pero en el futuro podrían surgir nuevas posibilidades a través de 5G, de las redes perimetrales y de otras tecnologías emergentes.

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