La ecología no está reñida con la eficiencia en los centros de datos
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Dentro de la industria datacenter se está instalando una corriente de transición hacia tecnologías y fuentes de energía más ecológicas, que va más allá de reducir el impacto ambiental. Los impulsores de esta tendencia intentan equilibrar estos objetivos con la eficiencia, la reducción de costes y el cumplimiento de los niveles de servicio, y esto probablemente se convertirá en un cambio de paradigma para la industria.
Las empresas del sector de centros de datos están adentrándose en una nueva era, explorando formas más ecológicas de operar, que abarcan desde el modelo de consumo energético hasta el tipo de infraestructuras TI que integran en sus instalaciones. El primer objetivo de las empresas del sector con sus nuevas estrategias “ecológicas” es mejorar la eficiencia y reducir costes de operación y mantenimiento. Pero también hay efectos secundarios que afectan a diferentes industrias relacionadas, tanto a los diseñadores de centros de datos como a los fabricantes de infraestructuras TI y a los proveedores de energía.
A medida que las empresas avanzan en este camino los expertos se plantean preguntas clave como, de qué forma puede equilibrarse una estrategia ecológica con la mejora del tiempo de actividad y lograr cumplir con niveles de acuerdo de servicio (SLA) superiores. Para que la tendencia ecológica triunfe, los sistemas diseñados pensando en llevar la ecología al centro de datos deben ofrecer las adecuadas garantías de tiempo de actividad, resistencia ante fallas y fiabilidad en caso de sufrir condiciones climáticas adversas o incidencias de otra naturaleza.
Uno de los factores involucrados en la ecología dentro del centro de datos es la cantidad de desperdicios que se generan en la fabricación de los equipos y sistemas que operan en las instalaciones, y en esto influye el nivel de redundancia necesario para sostener las operaciones. En este sentido, mediante la modularidad se intenta no caer en un aprovisionamiento excesivo, que es típico en la industria, donde se suele acabar teniendo más capacidad de la necesaria, tanto en la TI como en los sistemas auxiliares (energía, refrigeración...).
Además de los niveles de redundancia, otro de los campos de batalla en la tendencia hacia la ecología en los centros de datos es la mejora de la eficiencia operativa, generando la menor cantidad de desperdicio durante las operaciones. Esto supone evitar en lo posible la pérdida de electricidad debido a la conducción de energía, a la resistencia y la transformación. Para lograrlo se está modificando el modelo de suministro eléctrico y las tecnologías auxiliares que se emplean en las instalaciones, como la refrigeración.
Por ejemplo, cambiando los clásicos sistemas de enfriamiento activo de alto consumo por sistemas de evaporación, que permiten reducir el consumo eléctrico adicional al de los equipos TI que trabajan en los centros de datos. Pero lograr que estas estrategias tengan éxito es muy complicado y costoso en las instalaciones existentes, por lo que la Industria está tratando de implementar este cambio de paradigma desde la fase de diseño de los nuevos centros de datos. Y, en cualquier caso, para lograrlo es necesario hacer ciertas concesiones, especialmente en lo que se refiere a las infraestructuras de mayor rendimiento, para las que es más complicado anteponer los criterios ecológicos por encima de la capacidad de computación.
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