El concepto de eficiencia energética en los centros de datos está cambiando

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Las clásicas métricas empleadas para clasificar los centros de datos en función de su eficiencia energética están dando paso a nuevos conceptos, más ligados al verdadero papel que juegan las instalaciones con respecto al entorno. Por ello, cada vez más operadores están considerando la importancia que tienen factores como la reutilización del aire y el agua caliente por encima del PUE clásico.

Determinados conceptos como la reutilización de la energía residual, el consumo de renovables o el impacto ambiental están comenzando a calar hondo en el sector de los centros de datos y, según un número creciente de voces autorizadas, en el futuro redefinirán el concepto de la eficiencia energética en el sector. Tradicionalmente, se ha medido según la escala de PUE (Power Usage Effectiveness), que representa la eficacia en el uso de la energía mediante una cifra que expresa la relación entre la energía total consumida y la que verdaderamente llega a la infraestructura TI.

Pero en la actualidad se está viendo que en los centros de datos se deben tener en cuenta otro tipo de consideraciones energéticas, como el calor que emiten a la atmósfera o al agua, y que suponen un desperdicio energético que tradicionalmente no se ha medido, ni mucho menos rentabilizado. Pero ahora hay importantes operadores de centros de datos que consideran estas fugas como posibles activos, y los están reutilizando con éxito para proporcionar calefacción y agua caliente a los distritos cercanos a sus instalaciones.

Ejemplos de ello se están viendo en ciertas instalaciones de nuevos operadores de centros de datos y de grandes hiperescaladores como Facebook, entre otros, que ya están haciéndolo en algunos de sus centros de datos. Por ahora los ejemplos de esta nueva forma de entender la sostenibilidad y la eficiencia energética de los centros de datos son escasos, pero en el último año han salido a la luz nuevos proyectos que siguen esta tendencia, y se espera que aumenten en el futuro.

Porque, para las mentes más avanzadas del sector, no tiene sentido afirmar que un centro de datos tiene un PUE cercano al 1 (la máxima eficiencia), si por otro lado está emitiendo grandes cantidades de calor a la atmósfera y a los ríos o el mar. Simplemente, no es cierto, ya que se pierde mucha energía, además de que se genera un impacto en el medio ambiente del que las empresas causantes deberían hacerse responsables. Y en esto también influye la naturaleza de la energía que alimenta al propio datacenter, porque recurrir a fuentes no renovables también genera un enorme impacto medioambiental por las emisiones de carbono que se lanzan a la atmósfera.

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