Hewlett Packard Enterprise recupera su ordenador espacial Spaceborne

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Tras 615 días de permanencia en el espacio y dudas sobre si se podría recuperar, el computador Spaceborne de HPE ha regresado finalmente a la Tierra. Este equipo, que tras las pruebas iniciales se aprovechó como plataformas de computación perimetral para la ISS, será analizado por HPE y la NASA para evaluar su desempeño y resistencia a las condiciones extremas del espacio, y seguir avanzando en la construcción de mejores ordenadores orbitales.

El supercomputador Spaceborne de HPE fue diseñado originalmente para una misión de un año a bordo de la Estación Espacial Internacional, en la que se evaluaría su desempeño y resistencia en entornos espaciales, donde se vería afectado por condiciones extremas. Se construyó con dos servidores HPE Apollo 40 ligeramente modificados para adaptarse al espacio disponible dentro de la ISS, y en vez de contar con un blindaje o hardware especial que permitiese soportar las duras condiciones y radiaciones del espacio, se fortaleció mediante un proceso basado en software.

Las perspectivas iniciales de los escépticos decían que no duraría en funcionamiento ni una semana, y que acabaría siendo quemado como cualquier basura espacial. Pero HPE pretendía mantenerlo en funcionamiento durante un año para hacer diferentes pruebas piloto. Y, debido a varios retrasos en el lanzamiento de cohetes para recogerlo, el superordenador superó esta fase y fue reutilizado por la NASA como plataforma de computación en el borde para asistir a sus demás trabajos dentro de la ISS.

En todo este tiempo, además, el Spaceborne se ha visto sometido a gran cantidad de ciclos de radiación cósmica, ya que ha cruzado más de 6.800 veces la Anomalía del Altántico Sur, donde la desviación del campo electromagnético acerca las partículas cósmicas más cerca de la atmósfera. La ISS afirma que hay evidencias de que los rayos cósmicos han alcanzado al equipo, aunque se desconoce el efecto que puedan haber tenido en él.

El proceso de recuperación se ha realizado empleando la misma cápsula SpaceX Dragon que subió el ordenador a la ISS en agosto de 2017, y ahora HPE y la NASA se disponen a analizarlo en profundidad para comprobar el estado en que se encuentra tras esta dura experiencia. Y, de esta forma, avanzar en el desarrollo de la segunda versión de superordenador, con la que pretenden incrementar la potencia de computación y almacenamiento de datos en las infraestructuras TI espaciales, algo clave para avanzar en la exploración espacial prevista para las próximas décadas.

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