Vientos de cambio en la industria china de memoria

El conflicto comercial entre Estados Unidos y China continúa teniendo una importante influencia en la industria de fabricación de memoria, ya que los fabricantes de diferentes regiones, como Taiwán, están mudándose a sus países de origen para eludir las elevadas tasas arancelarias impuestas a los productos manufacturados en China. En los últimos meses se está viendo cómo algunas importantes firmas del sector han comenzado a trasladar sus cadenas de producción y, en el caso de Taiwán, que concentra algunas de las empresas más destacadas de la industria de fabricación de memoria, su objetivo es evitar pagos de impuestos que podrían ascender a 200.000 millones de dólares en sus negocios con clientes estadounidenses.

La lógica de esta estrategia está clara, pero está provocando un cierto caos en las propias fábricas, ya que en muchos casos los fabricantes no están logrando coordinar todas sus operaciones, debido a la rapidez con que se está produciendo el cambio. El objetivo es instalar las líneas de producción y ensamblaje principalmente dentro de Taiwán, pero existen problemas, como la falta de espacio, que están dificultando el proceso. Debido a ello se está frenando el aumento de la capacidad de producción en casi todas las firmas destacadas de la industria. Esta mala situación complica los negocios para estas empresas, ya que la actual ineficacia se suma a la constante bajada de los precios de la memoria.

Esta mala situación para la industria taiwanesa es temporal, pero está abriendo las puertas a una mayor expansión de las empresas chinas, que ven reducida la competencia en el mercado interior y cada vez tienen un mayor margen para alcanzar sus objetivos de reconversión industrial. Desde el año pasado el país ha reforzado sus planes de fomento de la industria de semiconductores, sumando fuerzas con las empresas consolidadas y las emergentes para construir una cadena de suministro completa dentro de país, desde la fundición de silicio a la fabricación y empaquetado final de los componentes semiconductores.

En este contexto han surgido nuevas marcas y tecnologías nacionales que podrían competir con mucha fuerza con el resto de fabricantes a nivel global. Los avances más significativos se están viendo en el sector de la memoria NAND Flash, en el que se está produciendo un gran avance tecnológico. Las empresas más importantes de China están adoptando poco a poco las nuevas tecnologías de fabricación, impulsando el incipiente mercado interno de fundición y avanzando para alcanzar una posición más importante a nivel internacional.

Según las cifras manejadas por la industria, actualmente se están construyendo 30 nuevas fábricas de semiconductores en el país, algo que contribuirá a situar al sector como un motor económico clave para el sector tecnológico de China. Las difíciles relaciones comerciales con Estados Unidos están dificultando este avance, ya que Norteamérica concentra el mayor volumen de negocio de semiconductores. Pero el mercado interno y el de otras zonas del sudeste asiático están aumentando, y serán un importante núcleo de negocio para la industria de la memoria en los próximos años.

Cabe destacar que, aunque las empresas taiwanesas de memoria están trasladando muchas de sus operaciones de vuelta a su país de origen, las dedicadas a la fundición aún mantienen una gran parte de su infraestructura industrial en China, y se prevé que incrementen su producción en los próximos años. Esto pondrá dificultades a las nuevas empresas chinas del sector en su intención de posicionarse en el mercado, pero las empresas chinas de semiconductores probablemente apostarán cada vez más por las obleas nacionales, reforzando su propia cadena de suministro desde la base.

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