Nuevas métricas para evaluar mejor el impacto ambiental de los centros de datos
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En los últimos tiempos el concepto de sostenibilidad ha ido expandiéndose entre la industria de centros de datos, aunque hasta el momento las principales consideraciones se refieren al consumo de energía. Pero muchos expertos señalan que el impacto de estas infraestructuras en el medio ambiente también debería evaluarse en relación al consumo de recursos como el agua y a la huella de carbono total, más allá de la vinculada a la energía.
Los centros de datos se han convertido en un pilar fundamental de la digitalización y esta industria está creciendo como la espuma, incrementando su impacto en el consumo de energía y otros recursos a nivel global. Esta tendencia continuará en el futuro y con el cambio que se está haciendo hacia la sostenibilidad a todos los niveles, los operadores de centros de datos están enfocándose en reducir la huella ambiental. Pero, como sucede en muchas otras industrias, están adquiriendo un enfoque limitado sobre el verdadero impacto de sus operaciones en el medio ambiente.
En el informe 'Energía, agua, carbono: una nueva trinidad para medir la sustentabilidad de los centros de datos', elaborado por los expertos de la firma Cushman & Wakefield, se destacan algunas claves de por qué se debería cambiar de enfoque para avanzar realmente hacia la sostenibilidad en el sector. Sus responsables señalan que la mayoría de centros de datos se centran en el consumo de energía a la hora de evaluar su impacto ambiental. Pero consideran que, más allá del gasto de electricidad, hay que tener en cuenta el consumo de agua y las emisiones de carbono, no solo las relacionadas con la energía que gastan los centros de datos.
Durante mucho tiempo la forma de medir la eficiencia energética ha sido la escala PUE, que se calcula dividiendo la energía total consumida entre la energía utilizada por los equipos de TI. Pero los expertos proponen el uso adicional de otras escalas, como CUE (Eficacia del Uso del Carbono), que mide las emisiones de carbono del centro de datos, y WUE (Eficacia en el Uso del Agua), que mide la cantidad de agua que se utiliza para la refrigeración y otros usos en las instalaciones. Y destacan que, a pesar de que las métricas PUE se han mejorado en los últimos años, su vigencia está en entredicho a la luz de las nuevas tecnologías informáticas que están entrando en los centros de datos.
En opinión de Vivek Dahiya, moderador del seminario web y director general de Data Centers & New Initiatives India en Cushman & Wakefield, “lograr un PUE más bajo depende mucho de la geografía y el clima de la ubicación de un centro de datos. Es fácil de lograr en las partes superiores del hemisferio norte, pero muy difícil cerca del ecuador, donde se requiere más energía para la refrigeración”.
Asimismo, destaca que los operadores de centros de datos están esforzándose cada vez más por alinearse con los objetivos de sostenibilidad que se están imponiendo en los diferentes mercados globales, y tratando de mejorar para adaptarse a los requisitos cada vez mayores de los clientes y los reguladores. Dahiya señala que “los inversores, operadores y ocupantes de centros de datos tienen cada uno sus propias ambiciones ESG”. Por ello, dice que “el desafío para la industria ahora es mejorar continuamente el estándar de referencia para garantizar que todos los requisitos se puedan acomodar bajo un mismo techo. Un centro de datos de colocación es tan sostenible como su cliente menos sostenible”.
Por su parte, Alton Wong, codirector de Servicios de Sostenibilidad de Cushman & Wakefield para la Gran China, dice que, aunque algunos operadores ya conocían las métricas CUE y WUE, pocos las están teniendo en cuenta. Y opina que, “mientras siga expandiéndose la digitalización de todo, desde la banca hasta la fabricación, las comunicaciones y los medios, la demanda de centros de datos no dejará de crecer. La única forma de preparar el sector para el futuro es garantizar que los estándares regulatorios se mantengan al día. La trinidad es un paso en la dirección correcta”.
Y concluye su informe recalcando que el primer paso para reducir de verdad las emisiones de carbono es medirlas adecuadamente. Y, para ello, recomienda encarecidamente adoptar un enfoque basado en estas tres escalas (PUE, CUE y WUE), que permitirá medir con más precisión el verdadero impacto ambiental de los centros de datos, proporcionando información clave para poder aplicar medidas que reduzcan el consumo de recursos y la generación de emisiones de carbono a todos los niveles.
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