Estados Unidos potencia la capacidad de innovación en los fabricantes de chips

La industria de fabricación de chips es uno de los pilares del sector tecnológico, ya que proporciona las tecnologías fundamentales que hacen funcionar los ordenadores y las plataformas que albergan los datos. Actualmente, los chips más importantes para la industria son los de memoria y almacenamiento, y también los procesadores, responsables de la mayor parte de los ingresos del mercado de semiconductores. Actualmente, Estados Unidos cuenta con algunos de los principales fabricantes de CPU y GPU a nivel mundial, pero en el caso de la memoria los líderes son proveedores de Corea del Sur y otros países asiáticos.

Ante el constante progreso de los competidores extranjeros y la evolución de nuevas tecnologías de computación y almacenamiento, la industria estadounidense está intentando recabar toda la ayuda posible para afianzar su posición de liderazgo en el sector. En este sentido, desde organizaciones como la Asociación de la Industria de Semiconductores (SIA) llevan tiempo reclamando más apoyo por parte de las autoridades, y un cambio de regulación para facilitar la investigación y el desarrollo de chips.

Ahora una coalición bipartidista se ha propuesto derogar una disposición fiscal que perjudicaba al sector, haciendo que la inversión en I+D tuviese mayores costes para las empresas. A través de la nueva Ley de Empleo e Innovación Estadounidense, el gobierno promoverá la investigación en semiconductores y la innovación en las empresas del sector. Esta nueva ley ha sido presentada recientemente en el Senado estadounidense, y ha recibido el apoyo de organizaciones como la propia Asociación de la Industria de Semiconductores.

Su presidente y CEO, John Neuffer, dice en un reciente comunicado que “la industria de semiconductores se encuentra entre los sectores más intensivos en I+D del mundo, y la innovación de los semiconductores es fundamental para la capacidad de Estados Unidos de crear y liderar las tecnologías revolucionarias de hoy y de mañana”. Añade que, si bien las empresas estadounidenses de semiconductores invierten alrededor de una quinta parte de los ingresos en I+D anualmente, el crédito de I+D de EEUU es relativamente débil en comparación con nuestros competidores globales, y el requisito de amortizar los gastos de I+D debilitará aún más los incentivos para la investigación en los EEUU”.

En su opinión, dado que la aportación de la investigación de chips al PIB se ha mantenido plana en los últimos años, “incluso cuando los gobiernos de los competidores globales están aumentando masivamente sus inversiones en investigación, los incentivos fiscales sólidos para la investigación del sector privado adquieren una importancia aún mayor”. Por ello, alaba la iniciativa bipartidista que pretende romper con las limitaciones de la regulación anterior, e insta a las autoridades a implementarla lo antes posible para seguir avanzando en el desarrollo de nuevas tecnologías de semiconductores.

El cambio más importante que conlleva esta nueva ley es que las empresas y startups que invierten en I+D pueden solicitar un crédito o deducir sus inversiones, lo que les permite seguir innovando y mejorando el desarrollo de nuevos productos que impulsarán la evolución de la industria, los puestos de trabajo y la economía en general. Además, esta nueva Ley de Empleo e Innovación duplica el crédito fiscal reembolsable aplicado a las empresas que invierten en I+D, y lo extiende a más tipos de empresas. Y garantiza que estas empresas puedan seguir deduciéndose todas sus inversiones en I+D, año tras año.

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