Los centros de datos toman medidas para garantizar la disponibilidad

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Ante los riesgos que supone una interrupción de las operaciones, los operadores de centros de datos están tomando medidas estrictas para reducir al mínimo las posibilidades de contagio. Esta es la única forma de asegurar la disponibilidad de datos y aplicaciones en una situación en la que las empresas recurren más que nunca a la nube y a los servicios digitales para mantener sus operaciones en marcha.

Las medidas de contención que están aplicando los gobiernos en regiones como Europa o Norteamérica tiene como objetivo frenar el contagio del coronavirus, pero esta reclusión lleva a un crecimiento natural del uso de servicios online. Esto está imprimiendo una gran presión en los centros de datos, cuyo papel se ha convertido en más crítico que nunca. Estas infraestructuras son responsables de proporcionar todo tipo de servicios digitales al consumidor, pero fundamentalmente para garantizar el funcionamiento de las empresas y sus aplicaciones de uso interno y externo.

Los operadores de las instalaciones son conscientes de que no pueden arriesgarse a que su personal se contagie y se paralicen sus operaciones, por lo que están tomando diferentes medidas para garantizar la continuidad de los servicios ante la actual situación de crisis sanitaria. Esto permitirá mantener los servicios en marcha para garantizar que las empresas pueda seguir usando sus aplicaciones, y que los usuarios finales sigan teniendo acceso a los servicios contratados.

Según los expertos, las empresas están recurriendo al trabajo remoto para mantenerse operativas, habilitando herramientas de comunicaciones y trabajo a distancia en general. Por su parte, los departamentos de TI están recurriendo internamente a herramientas de monitorización y administración remota de las cargas de trabajo, lo que permite que los responsables trabajen desde fuera de las instalaciones, limitando al máximo la necesidad de personarse en los centros de datos.

Esto está llevando a un mayor uso de las redes privadas virtuales (VPN), que ofrecen comunicaciones seguras para las herramientas de trabajo remoto, así como servicios de vídeo online para apoyar muchas de las comunicaciones y la interacción a distancia entre los trabajadores que están en sus hogares. Gracias a ello los operadores de centros de datos están reduciendo al mínimo el personal que debe estar físicamente en las instalaciones. También están aplicando severas restricciones a las visitas de personal externo, y están paralizando la mayor parte de los proyectos de ampliación o modificación de las instalaciones, manteniendo solo las tareas de mantenimiento más críticas, con el fin de minimizar los riesgos.