La NASA se enfrenta a enormes costes inesperados por la migración a la nube
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Al igual que le está sucediendo a muchas otras organizaciones, la NASA no había evaluado adecuadamente los costes que generaría subir sus datos a la nube, y ahora se enfrenta a unos gastos difíciles de asumir. Según acaban de reconocer, no calcularon que, al subir los datos generados por sus nuevos programas espaciales a la nube, se verían obligados pagar por el tráfico de descarga de datos que generan sus socios y colaboradores.
Tal y como informaron sus representantes anteriormente, la NASA calcula que necesitará unos 215 petabytes de datos adicionales para el año 2025, y para contar con esa nueva capacidad ha recurrido a AWS como principal proveedor de almacenamiento en la nube (aunque no el único). Pero a la hora de elaborar los presupuestos dedicados al almacenamiento, al parecer, no tuvieron en cuenta que los servicios en la nube tarifican no solo por el espacio contratado, sino por el tráfico de subida y descarga datos que hagan los usuarios.
Esto supone que todas las organizaciones que hagan uso de los datos que la NASA va a alojar en la nube estarán generando gastos, y estos podrían ser mucho más elevados de lo que la NASA podía imaginar, lo que podría dar al traste con sus planes originales. Porque la idea de la agencia espacial estadounidense era minimizar el gasto de capital invertido en ampliar su capacidad local para destinarlo a un proveedor de almacenamiento en la nube, algo que entraría en los gastos operativos.
Y entre los datos que se subirían directamente a la nube estarían todos los generados por el programa del Sistema de Datos e Información de Ciencias de la Tierra (ESDIS), que recopila la información generada por muchos de los programas de observación de la Tierra, el clima y los océanos. Actualmente, estos están a disposición de terceros a través del Sistema de Datos e Información del Sistema de Observación de la Tierra (EOSDIS), para el que la NASA dispone de una docena de Centros de Archivo Activo Distribuido (DAAC), que proporcionan una gran redundancia.
Pero ahora la NASA quería dejar de lado este enfoque para pasarse a la nube, comenzando con el proyecto Earthdata Cloud, que comenzaría en el primer trimestre de 2020, iniciando la nueva tendencia de migración a la nube. Pero ahora teniendo en cuenta las 15 misiones que se van alanzar a corto plazo, los datos que deberá subir y poner a disposición de terceros podrían disparar los costes a niveles astronómicos, y comienza a ponerse en duda que la estrategia pueda llevarse a cabo sin arruinar a la organización. De hecho, según se ha sabido, teniendo en cuenta solo los próximos proyectos NISAR y SWOT, se generarán más de 100 Terabytes de datos al día, que se subirán automáticamente a Earthdata Cloud, dando como resultado un volumen de 247 Petabytes para el año 2025.
A este respecto, en el último comunicado oficial, la Oficina del Inspector General ha explicado que, actualmente, “la NASA no incurre en costos adicionales cuando los usuarios acceden a los datos de sus DAAC. Específicamente, la agencia enfrenta la posibilidad de aumentos sustanciales de costos para la descarga de datos desde la nube”, en referencia a las tasas que impone el proveedor para el tráfico saliente. Según han dicho en su comunicado, “eso significa que EDSIS tiene costos de salida en la nube. En última instancia, ESDIS será responsable de los costos de la nube, incluidos los cargos de salida, que se suman a los costos de operación de los 12 DAACs”.
Lo que es peor, reconocen que la NASA “aún no ha determinado qué conjuntos de datos harán la transición a Earthdata Cloud, no ha desarrollado modelos de costos basados en la experiencia operativa ni las métricas de uso y salida. Como resultado, las proyecciones de costos actuales pueden ser más bajas de lo que realmente será necesario para cubrir los gastos futuros y la adopción de la nube puede ser más costosa y difícil de administrar”. Concluyeron reconociendo que “en conjunto, esto presenta riesgos potenciales de que los datos científicos estén menos disponibles para los usuarios finales, si la NASA impone limitaciones en la cantidad de salida de datos por razones de control de costos”.