El calentamiento global podría sumergir muchos centros de datos
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El aumento del nivel del mar pone en riesgo muchas infraestructuras ubicadas en las costas de todo el mundo, incluidos los nodos de Internet de los que parten los cables submarinos que, a diferencia de los propios cables, no están preparados para funcionar bajo el agua.
Los últimos estudios sobre los efectos del calentamiento global indican que el nivel del mar subirá varios metros en las próximas décadas, anegando muchas zonas costeras. Esto supone un gran reto para los países y las ciudades que se verán afectadas. Tendrán que adoptar medidas para prepararse con tiempo y, en muchos casos, mover la línea de playa hacia el interior, renunciando a las infraestructuras situadas a pie de playa. Entre ellas se encuentran todo tipo de construcciones, calles y líneas de suministro eléctrico, pero también las redes de datos. Las líneas de fibra de las propias ciudades deberán ser reubicadas para que el agua no las dañe, pero lo que supone un verdadero problema son los centros de datos y, sobre todo, nodos de interconexión de cables de datos submarinos. Estos cables están perfectamente preparados para soportar los efectos del agua de mar, pero no así los centros de datos, que quedarían inoperativos en caso de verse sumergidos. Según una investigación realizada por el profesor Ramakrishnan Durairajan, de la Universidad de Oregón, junto con el profesor Paul Barford, de la Universidad de Wisconsin-Madison, solo en Estados Unidos estarían en riesgo unas 1.100 infraestructuras de Internet, con una extensión a día de hoy de más de 6.400 kilómetros de líneas de fibra óptica. Sus conclusiones se basan en un análisis exhaustivo de los mapas de la Administración Oceánica y Atmosférica, que muestran cómo podría desarrollarse este aumento del nivel del mar hasta el año 2033. Esto se ha cotejado con el mapa de infraestructuras de Internet desarrollado por el profesor Barford, conocido como el Atlas de Internet, lo que permite tener una visión bastante aproximada de las instalaciones actuales que quedarían sumergidas.
Entre los ejemplos más destacados que han mencionado en este estudio se encuentran las ciudades de Nueva York y Miami, aunque teniendo en cuenta que muchas de las grandes ciudades de Estados Unidos se encuentran en la línea cosera, el impacto de este fenómeno tendría enormes repercusiones en todo el país. En palabras del profesor Durairajan, “Nuestro análisis es conservador ya que solo miramos el conjunto de datos estáticos del aumento del nivel del mar, y después lo superpusimos sobre la infraestructura para tener una idea del riesgo”. Pero si se consideran otros peligros potenciales relacionados con la actividad marítima, como marejadas, tsunamis o terremotos, los riesgos podrían ser aún mayores.
Según esta investigación, las redes que se verían más afectadas en Estados Unidos serían las de AT&T, CenturyLink e Inteliquent. Debido a las graves repercusiones de este aumento del nivel de mar, los investigadores han advertido de los riesgos a los propietarios de las estaciones de conexión de cables de datos submarinos, para que se preparen de cara al inevitable aumento del nivel de las aguas. En caso de no hacerlo a tiempo, dentro de 15 años podrían encontrarse con que un gran número de sus centros de datos y estaciones de intercambio de Internet quedarían rodeadas de agua. Además, los expertos recalcan que las líneas de fibra óptica que no están diseñadas para soportar los efectos del agua del mar también verían alterado su funcionamiento. Concretamente con un elevado grado de atenuación de las señal, daños en los conectores, pérdida de señal en los conversores óptico-eléctricos y roturas de cables por la congelación del agua circundante.
En la presentación de este informe, el profesor Barford afirmó que cuando se embarcaron en esta investigación creían que podrían ofrecer un plazo de 50 años a la industria para que tomase medidas, pero los resultados han mostrado que el problema se agravará mucho más deprisa de lo esperado. Según ha afirmdo, “La mayor parte del daño que se va a producir en los próximo 100 años se hará realidad más pronto que tarde”. Por ahora esta investigación se ha centrado en Estados Unidos, pero lo mismo sucederá en todas las costas del mundo, por lo que en las próximas décadas todos los países con ciudades e infraestructuras de Internet ubicadas cerca de la costa deberán acometer una gran tarea de reubicación y reestructuración de las infraestructuras de datos existentes.
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