Nuevas estrategias para la gestión de datos no estructurados
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Las organizaciones se enfrentan a una gran avalancha de datos de cara al futuro, y necesitan adoptar nuevas tecnologías y estrategias para poder gestionarlos adecuadamente. Sobre todo, porque la mayor parte de esos datos no están estructurados de forma tradicional, lo que plantea una serie de desafíos de gestión que deben abordarse con un enfoque diferente.
En la era digital la información proviene de múltiples fuentes y en la mayoría de los casos los datos no se encuentran estructurados, por lo que es necesario un enfoque moderno para poder gestionarlos y extraer el valor que contienen. Teniendo en cuenta que la progresiva digitalización genera cantidades cada vez mayores de este tipo de datos, las organizaciones van a tener que cambiar su estrategia para adaptarse a la era digital en los próximos años. Según los expertos de DCIG, la gestión de datos no estructurados presenta cinco desafíos principales que deben ser abordados.
El primero es que la capacidad disponible en los centros de datos es insuficiente para las necesidades del futuro, y las organizaciones tendrán dificultades para disponer de más espacio físico para los equipos y para ampliar el suministro energético. Aunque la densidad de almacenamiento está aumentando con los nuevos avances tecnológicos en los discos duros, y es preciso buscar nuevas soluciones, que requerirán ampliar la capacidad local, en combinación con los servicios de almacenamiento en la nube.
El segundo desafío es que en muchos casos los equipos heredados no están diseñados para el siguiente salto de capacidad, ya que en el futuro deberán administrar datos a la escala de petabytes, cuando antes eran terabytes. Esto supone una mayor dificultad no solo para el almacenamiento en sí, sino para la protección, la recuperación de datos y otras funciones asociadas a la gestión de datos. Asimismo, hay cada vez más dificultades para retener al personal especializado en la gestión de datos no estructurados, lo que requiere nuevas estrategias para desarrollar, capturar y retener el talento.
Otro reto a superar proviene de la gestión de datos no estructurados en las oficinas remotas, algo que está complicándose a causa de la expansión de estrategias de trabajo desde el hogar. El problema principal es que estas ubicaciones remotas no suelen contar con una tecnología tan avanzada como la presente en los centros de datos, lo que merma las capacidades de gestión de datos en toda la organización. Esto es un problema que ya se produce en las delegaciones remotas, que tradicionalmente no han requerido infraestructuras tecnológicas muy complejas, algo que ha cambiado con la transformación digital.
Ahora, estos entornos se han convertido en importantes generadores de datos, y cuando hay que ejecutar operaciones de recuperación de datos estos entornos no cuentan con la tecnología ni el personal de TI necesario. Dado el volumen de dato no estructurados que se genera constantemente, hacer las operaciones de copia de seguridad y recuperación de datos de las sucursales desde infraestructuras remotas es poco viable en términos de costo y de latencia, por lo que las organizaciones necesitan evaluar sus estrategias de gestión de datos remotos de cara al futuro.
El cuarto desafío que identifican los expertos de DCIG es la necesidad de ampliar constantemente la capacidad de almacenamiento. En muchos casos esto puede ir más allá de las posibilidades que tienen los equipos preexistentes, a pesar de que todavía tengan mucha vida útil. Esto supone incorporar nuevos equipos, que suman complejidad a la administración de datos, un problema que se va acrecentando a medida que se suman nuevos silos de datos que deben visibilizarse para integrarse en una estrategia de gestión global de datos dentro de la organización.
Finalmente, está el desafío del coste de propiedad, ya que escalar la infraestructura de almacenamiento y ampliar las capacidades de gestión de datos, especialmente de los no estructurados, supone incrementar el TCO. Por una parte, está el costo de adquirir infraestructura de almacenamiento y, por otro, el gasto adicional en otros productos y servicios de soporte que complementa al almacenamiento. Además, están las necesarias partidas presupuestarias dedicadas al mantenimiento, algo a tener muy en cuenta de cara a las necesarias ampliaciones de capacidad.
Para enfrentarse a todos estos desafíos, las organizaciones que prevén un crecimiento exponencial de los datos que capturan y deben almacenar necesitan replantearse su estrategia. Sobre todo, porque esto no va a revertirse en el futuro, considerando que la digitalización seguirá avanzando y surgirán nuevos requisitos y nuevas aplicaciones y servicios que se basarán en toda clase de datos no estructurados. Por ello, los expertos recomiendan estudiar a fondo la trayectoria que quiere seguir la empresa en el futuro, y buscar soluciones sostenibles en el tiempo, que en general suponen romper con los enfoques heredados.
Puede que esto genere un coste elevado al principio, pero la gestión de este tipo de datos será cada vez más vital para el negocio, y un cambio de rumbo ahora podría reducir mucho los costes de seguir escalando el almacenamiento y la gestión en el futuro. Los expertos recomiendan considerar la consolidación del almacenamiento NAS basado en tecnologías de almacenamiento definido por software (SDS), lo que proporciona más flexibilidad y capacidad para integrar diferentes sistemas de almacenamiento bajo una gestión unificada, definida por software.
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