Los centros de datos necesitan adaptarse al cambio climático
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Los eventos climáticos extremos provocan desastres que pueden causar daños a todo tipo de infraestructuras, incluidos los centros de datos. A pesar de que suelen construirse en lugares de bajo riesgo, la industria y las autoridades están cada vez más preocupados por la posibilidad de que puedan dañarse las instalaciones donde se almacenan datos críticos.
Aunque hasta hace poco se consideraba como algo dudoso, el cambio climático es un fenómeno cada vez más reconocido por los científicos y los gobiernos, a raíz de las variaciones de ciertos patrones climáticos. Esto se está dejando sentir en un aumento de tormentas ocurridas en lugares inusuales, que están llevando a los gobiernos y líderes de ciertas industrias a replantearse sus estrategias y medidas de protección contra los eventos climáticos extremos.
Entre ellos los centros de datos, instalaciones construidas para garantizar la seguridad de los datos que alojan, que se están viendo cada vez más afectadas por fenómenos asociados a grandes tormentas. Hay ejemplos de ello en diferentes regiones de Estados Unidos, Europa y Asia, donde las estrategias de diseño y construcción de centros de datos se están revelando insuficientes para afrontar situaciones de emergencia de este tipo.
Los expertos del Uptime Institute están investigando y debatiendo sobre esta cuestión con los representantes de la industria, y están trabajando para mejorar los estándares empleados en la construcción y operación de centros de datos. Porque, aunque este tipo de eventualidades están recogidas en el programa Tier Standard: Operational Sustainability desarrollado por esta organización.
Las medidas propuestas por esta organización tratan de reforzar la protección de las instalaciones y garantizar la continuidad de las operaciones. Por ejemplo, ubicando al personal en alojamientos cercanos al centro de datos cuando se declaran alertas climáticas de este tipo. Y, en algunos caos, incluso se planifica la construcción de alojamientos de emergencia en las propias instalaciones.
Otro campo es el de la protección contra elementos físicos como los rayos o las subidas de tensión, implementando sistemas de seguridad contra las sobrecargas de energía y para redirigir los rayos, y que no causen daños en los sistemas de energía o comunicación. Esto incluye pararrayos conectados a tierra o sistemas activos para desviar la acumulación de iones en la atmósfera más cercana a la tierra, disipando el exceso de carga. Aunque lo principal es evitar a toda costa que un rayo se pueda colar en las instalaciones a través del sistema de energía, algo que se convierte en más peligroso en el caso de las grandes tormentas.
Otro de los problemas a tener en cuenta es la incidencia del viento, algo que puede afectar a la entrada de aire de los sistemas de refrigeración, y que también puede ocasionar accidentes por impacto de objetos arrastrados por el viento. Este riesgo es más difícil de paliar ya que resulta complicado proteger completamente a los trabajadores de sufrir accidentes ocasionados por estos objetos, y muchas barreras físicas contra el viento pueden verse afectadas por el mismo problema.
En conclusión, los expertos creen que es necesario tomar precauciones y pensar más allá de las estrategias convencionales, ya que en los lugares más susceptibles de sufrir desastres naturales los diseñadores y constructores de centros de datos necesitan prepararse para eventos climáticos más graves en el futuro.