Japón endurece las condiciones para la exportación de materiales a Corea del Sur
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Las tensiones comerciales entre Japón y Corea del Sur se incrementan en torno al mercado de semiconductores. Ahora, las autoridades niponas han comenzado a exigir a las empresas de su país vecino las licencias de exportación correspondientes para poder adquirir los materiales necesarios para la fabricación de memoria DRAM y NAND y otros componentes basados en el silicio.
Desde que se produjo la grave interrupción en las operaciones de la fábrica de memoria de Toshiba en Japón, las tensiones comerciales entre este país y Corea del Sur, uno de sus principales clientes, han ido en aumento. Primero, se decretó una reducción de los envíos de materiales para la fabricación de semiconductores a Corea, y ahora se ha comenzado a vigilar más de cerca las exportaciones, exigiendo las licencias correspondientes.
Esto da una medida de cómo se está incrementando la competencia entre estos dos países en un mercado tecnológico clave en la región, como señalan los expertos de Trendfocus, que han estado en Asia tomando el pulso al sector. Entre sus hallazgos está el empeoramiento de las perspectivas del sector de la memoria en China, debido al conflicto comercial con Estados Unidos. A pesar de que se han vivido momentos más tensos que los actuales, el problema persiste y las duras condiciones impuestas por la administración estadounidense están afectado a la industria china. Y concretamente están viendo importantes restricciones en los envíos de dispositivos de almacenamiento HDD y SSD al país asiático.
Mientras tanto, está creciendo la tensión en Japón y China otros dos países muy vinculados a la industria de semiconductores, y esto podría tener un impacto significativo en el mercado global. Esto se debe a que Corea del Sur es un actor importante en el mercado de almacenamiento SSD y memoria DRAM, y desde hace tiempo importa de Japón buena parte de los materiales clave para fabricar estas tecnologías.
El gobierno japonés ha comenzado a exigir las licencias de exportación pertinentes a los compradores coreanos, generando un tiempo de espera de unos 90 días hasta obtener los permisos. Y, según los expertos, a corto plazo esto podría propiciar una escasez de materiales fundamentales para fabricar estas tecnologías. Dada la importancia de la industria coreana de memoria, su gobierno y sus empresas están presionando para cambiar la situación, pero Japón de momento parece querer controlar más estos activos clave.
Aunque ahora mismo se están incrementando las tensiones comerciales entre estos dos países en relación a estas tecnologías, los expertos prevén que el problema está en vías de solución. Pero sobre la mesa se encuentra la mala situación de las industrias de fabricación de memoria, que han vivido una tremenda erosión de los precios que pone en peligro sus beneficios y su competitividad a nivel global. Esto está impulsando las políticas de cautela y control, que podrían mantenerse a la espera de una mejoría del mercado que anime a “compartir” más los recursos y agilizar el envío de suministros.
Porque aunque se prevé una ligera subida de los precios a corto plazo debido a las mayores restricciones que se están dando en el comercio entre estos dos países, su impacto en el mercado global es muy limitado y no constituirá un factor decisivo que logre impulsar la esperada subida de precios de la memoria DRAM y NAND, actualmente en mínimos casi insostenibles en ciertas categorías.
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