Nueva tecnología de almacenamiento en frío para el Artic World Archive
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El centro de datos que Artic World Archive tiene en Svalbard acaba de instalar una nueva tecnología de almacenamiento en frío basada en códigos QR grabados en bobinas que garantiza una durabilidad de 1.000 años. Esto permitirá seguir ampliando la reserva de datos que se guarda en estas instalaciones, destinada a preservar el conocimiento y la historia humana para la posteridad.
Desde hace años el Artic World Archive (AWA) se ha dedicado al almacenamiento en frío de información valiosa para la humanidad, desde obras de arte digitalizadas a registros históricos y gran cantidad de información de alto valor de cara a la posteridad. Para ello cuenta con unas instalaciones ubicadas en una mina reconvertida en centro de datos en el archipiélago ártico de Svalbard (Noruega), el asentamiento humano más al norte del planeta.
En su interior, a 300 metros de profundidad, no solo se guardan estos datos tan valiosos, sino que está la Bóveda Global de Semillas, un proyecto que se dedica a preservar el material genético de alrededor de 400.000 variedades diferentes de plantas, cuyo objetivo es preservarlas para garantizar la supervivencia de los ecosistemas vegetales y mantener la diversidad de los cultivos.
En el terreno de la información, el AWA ha ido incorporando las tecnologías de almacenamiento que más durabilidad han demostrado a lo largo del tiempo, y ahora han añadido una nueva, patentada por la firma Piql, que promete una vida útil de hasta 1.000 años. Este sistema convierte los datos en un código QR que se graba en una película de 35mm y se almacena en bobinas. Además, la cinta incluye un texto escrito que explica cómo acceder a este código, instrucciones vitales si esta tecnología cayese en desuso y se perdiese el conocimiento sobre su uso en el futuro lejano. Eso sí, para leerlo se requerirá una cámara y cierta capacidad informática.
En cualquier caso, este sistema encaja a la perfección con los objetivos de este gran proyecto, y sus responsables emplearán este nuevo soporte para almacenar material cultural e histórico proveniente de numerosos museos y centros dedicados a la preservación del conocimiento. Por ahora, el AWA ha incluido bobinas con datos provenientes del Museo de las Fuerzas Armadas de Noruega, el Museo de Historia Natural, Guttormsgaards Arkiv, la Fundación Saga Heritage, Tronrud Engineering, la Biblioteca Nacional Széchényi de Hungría, el Centro Nacional de Artes Indira Gandhi y Ministerio de Cultura en India, Sapio Analytics, Artemis Arts, entre otros.
Aunque se espera que en el futuro sigan añadiéndose más bibliotecas de conocimiento a este gran archivo. El director del centro, Rune Bjerkestrand, ha destacado que “los datos que ha depositado hoy tienen importancia para las comunidades de todo el mundo. Elegir preservar estos artículos y asegurarse de que nunca se olviden es transmitir valor a las generaciones futuras”. Esta misión es compartida por otras organizaciones que tienen diferentes archivos de almacenamiento en frío para la posteridad, y de organizaciones que están embarcadas en el desarrollo de nuevas tecnologías de almacenamiento inmutable, como Microsoft con su proyecto Silica, entre otras.