Almacenamiento en ADN basado en células vivas y código artificial

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La tecnología de almacenamiento en ADN todavía sigue evolucionando, pero se enfrenta a dificultades para lograr un rendimiento y fiabilidad que la industria pueda estandarizar. Ahora, un equipo de investigadores chinos ha presentado un trabajo en el que utilizan un cultivo mixto de células bacterianas capaces de replicar y almacenar con precisión los datos a gran escala.

Desde que comenzó a investigarse la posibilidad de almacenar información en forma de secuencias de ADN los científicos e ingenieros han trabajado intensamente en diferentes vías de investigación para conseguir desarrollar esta tecnología. Todavía quedan muchos retos que superar, y uno de ellos proviene de la dificultad para reconciliar las técnicas biológicas de replicación y preservación de ADN con la síntesis artificial de las cadenas de nucleótidos en las que se codifica la información.

Esto es vital para conseguir un sistema de almacenamiento viable, económico y con la escala suficiente para funcionar en entornos reales, pero hasta ahora se han planteado numerosos desafíos para los que aún no hay respuesta. Con el fin de superar esta barrera un equipo de investigadores de la Universidad de Tianjin (China) ha desarrollado un método para salvar la brecha que existe actualmente entre los sistemas vivos e in-vitro.

En su trabajo explican que ciertos grupos de oligonucleótidos han demostrado un gran potencial para almacenar datos a gran escala en tubos de ensayo, mientras que las células vivas son la mejor maquinaria de replicación de cadenas de ADN. Por ello, han buscado una forma de aunar ambas capacidades, y afirman haberlo logrado empleando un cultivo mixto de células bacterianas que llevan un gran grupo de estos oligonucleótidos ensamblados en un plásmido de alto número de copias.

Los investigadores explican que lograron desarrollar este sistema mediante un análisis bioinformático profundo, que permitió determinar un método viable para evitar los problemas más comunes en este tipo de procesos, como el sesgo que depende del contexto de la secuencia de nucleótidos. Finalmente, esto les permitió codificar y mantener más de 10.000 grupos de estos oligonucleótidos con los que pudieron almacenar 445 Kilobytes de datos en células vivas, con una velocidad estimada en 2.304 Kbps.

Esto supone un hito en la investigación de almacenamiento en ADN, que podría abrir nuevas líneas de investigación para lograr una tecnología funcional en los próximos años. Aunque todavía hay muchos retos que superar, como la creación de un sistema capaz de sintetizar cadenas de nucleótidos a la velocidad y escala requeridas por la industria de almacenamiento. Queda por ver si la combinación de un sistema artificial de codificación con la maquinaria de las células vivas se puede mantener los datos inalterados y seguros en el tiempo, algo fundamental para que sea una tecnología verdaderamente viable.

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