Cómo preparar nuestros centros de datos para el futuro
- Contenidos Adicionales
María José Miranda, directora general de NetApp Iberia, analiza, en esta Tribuna de Opinión, cuáles son las ventajas de la tecnología de hiperconvergencia para ayudar a las empresas a afrontar sus procesos de Transformación Digital y obtener el éxito del negocio, además de fomentar una mayor agilidad e innovación.
La economía digital está cambiando lo que exigimos a nuestros departamentos de tecnología. Hoy en día los responsables tecnológicos deben liderar sus departamentos como una organización que hace posible el éxito del negocio y que fomenta una mayor agilidad e innovación. Para lograrlo necesitan infraestructuras flexibles y de fácil gestión, capaces de variar su escala según las necesidades de cada momento.
Los departamentos de tecnología desempeñan un papel clave en todo proceso de digitalización, deben brindar a la empresa la capacidad de iniciar nuevos proyectos ágilmente, para crear nuevas oportunidades de negocio o aprovechar las que surgen. En la actualidad, las empresas que son ágiles gozan de una mayor competitividad frente a sus rivales y pueden atender a sus clientes de forma más eficiente. Al tiempo que potencian su agilidad, las organizaciones deben ser capaces de experimentar, asumir riesgos y errores y corregirlos. Por así decirlo, deben ser capaces de hacer muchas pruebas rápidamente y quedarse con las soluciones que funcionan.
Las empresas están ante un punto de inflexión. Necesitan encontrar formas nuevas de captar clientes. El desarrollo comercial ha dejado de ser algo meramente lineal. Muy al contrario, hoy en día las oportunidades pueden surgir en cualquier momento y donde no se había previsto o planificado. Las compañías necesitan contar con la flexibilidad para responder inmediatamente, y esto no es posible si trabajan con centros de datos tradicionales. Unas estructuras tecnológicas rígidas tienden a ser más una limitación que una potenciación, ya que suelen ser demasiado complejas de gestionar y los cambios requieren mucho tiempo.
La agilidad se ha convertido en un factor de competitividad crucial en muchos ámbitos. Así, con cada vez mayor frecuencia, la interacción con clientes y partners se produce a través de Internet. Esto ha llevado a un cambio en sus expectativas, todos exigen una mayor capacidad de respuesta. Quien se vea en la situación de tener que esperar, acabará pasándose a la competencia, probablemente para no volver.
Esto plantea la siguiente pregunta: ¿cómo debe ser nuestro centro de datos para hacer posible una digitalización plena? Debe ser ágil y fácil de administrar, y ofrecer elevados niveles de escalabilidad, simplicidad y automatización. Es posible cumplir algunos de estos requisitos empleando Clouds públicos, pero no todas las aplicaciones ni todos los datos se optimizan en un Cloud público. Lo que las empresas necesitan en estos casos son centros de datos que aporten las ventajas del Cloud, pero permitan mantener los datos e infraestructuras bajo el control directo de la compañía.
El salto de la convergencia a la hiperconvergencia
Un primer paso en esa dirección es el uso de infraestructuras convergentes. Estas soluciones aúnan los cuatro elementos clave de un centro de datos, servidores, almacenamiento, redes y virtualización, en sistemas preconfigurados. Como resultado, los responsables tecnológicos se ahorran la labor de buscar e integrar los productos necesarios, lo que les permite implementar soluciones más rápidamente. No obstante, algunos sistemas de arquitectura convergente siguen pivotando en torno al hardware.
Las infraestructuras hiperconvergentes van un paso más allá. Estas infraestructuras están definidas por software, lo que significa que todas sus funciones están completamente virtualizadas y desvinculadas del hardware. Así, todos los recursos de computación y almacenamiento quedan disponibles conjuntamente, y las aplicaciones pueden acceder de forma directa, independientemente de qué nodo de computación o de almacenamiento procedan.
Además, los sistemas hiperconvergentes permiten gestionar todos sus componentes desde una consola central y automatizar todos los procedimientos estándar. Esto reduce los tiempos y costes de administración al mínimo imprescindible, lo que permite a los administradores ahorrar tiempo que pueden dedicar a tareas más importantes. Además de ofrecer servidores, almacenamiento, redes y virtualización, los sistemas hiperconvergentes aportan otras funciones propias de los centros de datos, como pueden ser la copia de seguridad, la deduplicación y compresión de datos o la optimización de redes WAN.
Por todo ello, estos sistemas conducen a una mayor consolidación y simplifican la gestión de la infraestructura. En lo que respecta al hardware, también permiten utilizar componentes estandarizados, lo que a su vez se traduce en unos costes más contenidos. Con pocas excepciones, el almacenamiento en soporte flash se ha convertido en la tecnología estándar para los sistemas hiperconvergentes, ya que los discos duros mecánicos son incapaces de ofrecer los elevados niveles de rendimiento necesarios para consolidar múltiples cargas de trabajo de varios entornos virtualizados simultáneamente.
Una infraestructura hiperconvergente combina todos los elementos que conforman un centro de datos y los integra en una única solución polivalente. Esto es exactamente lo que necesitan las empresas para impulsar su digitalización.
María José Miranda, Directora General de NetApp Iberia