Las autoridades británicas no se ponen de acuerdo sobre la protección de datos de niños

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El gobierno de Reino Unido está definiendo muchas de sus políticas digitales de cara a la salida de la UE, y ha surgido un debate sobre la protección de datos de los menores de edad, el sector de la población más sensible. Pero las medidas que ha propuesto recientemente la oficina del ICO, la autoridad competente, han generado una división de opiniones sobre el nivel de protección que ofrecerán a los niños.

Proteger la privacidad de los datos es un tema fundamental en una época en la que los ecosistemas digitales se han expandido a numerosos ámbitos de la vida privada, del trabajo y del gobierno. Y más aún cuando se trata de los menores de edad, personas especialmente vulnerables para las que las autoridades quieren aplicar medidas mucho más restrictivas. Entre los objetivos de estas leyes está impedir que, por defecto, las empresas recopilen información personal que de pistas sobre los gustos, usos y costumbres de los menores de edad.

En este sentido, están surgiendo nuevas enmiendas a las regulaciones de protección de datos que se aplican especialmente a los menores de edad, especialmente los más pequeños. Un ejemplo de ello se está dando en Reino Unido, que a raíz del brexit está definiendo nuevas políticas en muchos ámbitos, entre ellos el de la privacidad de los datos, ya que al irse de la UE el país no estará sujeto al cumplimiento con la GDPR.

Para crear las nuevas leyes de privacidad, la Oficina del Comisionado de Información (ICO) ha presentado una serie de propuestas de ley, pero las medidas que se refieren a la protección de la privacidad de los menores de edad están generando polémica. Estas constan de 15 estándares destinados a proteger la forma en que se recopilan y utilizan los datos que generan los niños en sus actividades relacionadas con Internet. En palabras de la Comisionada de Información, Elizabeth Denham, “los datos personales a menudo impulsan el contenido al que están expuestos nuestros hijos: lo que les gusta, lo que buscan, cuándo inician y cierran sesión e incluso cómo se sienten”.

Por ello, con estas medidas pretenden proteger mejor a un sector de la población especialmente sensible a cosas como la publicidad engañosa, el phishing y todo tipo de riesgos digitales. Para Denham, “en una época en que los niños aprenden a usar un iPad antes de andar en bicicleta, lo ideal es que las organizaciones que diseñan y desarrollan servicios en línea lo hagan teniendo en cuenta el interés superior de los niños”. Y afirmó que la privacidad de los niños debe protegerse y la información que generan no deben poder usarse para generar beneficios comerciales.

La iniciativa de la ICO es considerada por muchos como pionera en todo el mundo, y debería replicarse en otros países para incrementar la seguridad en las actividades digitales de los niños. Sobre todo, teniendo en cuanta que los menores constituyen un elevado porcentaje de la población internauta, concretamente un tercio en el Reino Unido. Pero para un sector de la política británica y europea no es lo que parece, y afirman que podría beneficiar a ciertas empresas, que podían hacer uso de estos datos bajo ciertas circunstancias. Por otro lado, algunos afirman que esto podría acabar suponiendo un bloqueo de muchos servicios digitales por cuestiones de edad, impactando negativamente en las capacidades digitales al alcance de los jóvenes, lo que limitaría su alfabetización digital.

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