Qué pasa cuando viene el lobo
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Hoy en día muchos responsables de TI tienen un debate interno sobre cómo y dónde correr y evolucionar sus cargas de trabajo, oyendo cantos de sirenas de diversas estrategias que proponen los principales proveedores, siempre amparados por estudios realizados por sesudos consultores. Esto les hace estar en una verdadera encrucijada, y la decisión no es fácil, ya que puede condicionar de forma importante tanto el futuro de la empresa para la que trabajan, así como la calidad de vida que tendrán.
Tribuna de Opinión de Galo Montes y Roberto Torres – Departamento de preventa de HPE
Asemejándonos a historias que hemos oído desde pequeño, y salvando siempre las distancias, nos encontramos con tres jefes de TI que se enfrentan a un lobo muy inteligente, el Monstruo del TI. Cada uno de los jefes decide tener una aproximación diferente, amparadas por potentes razones.
El primero es un perfil conservador, con una larga experiencia en la gestión de su propio TI, el cual cuenta con un amplio y experimentado equipo que durante años ha logrado tener un entorno estable. En estas condiciones decide continuar con una estrategia tradicional, por la cual renueva todo su parque de servidores, almacenamiento y software de su plataforma, intentando obtener el mejor precio de cada componente, gastando el menor CAPEX posible, y considerando solo una funcionalidad suficiente basada en la experiencia pasada. La integración de todos los componentes la hace a través de proveedores de toda la vida y sus propios técnicos, que le deja un entorno estable y funcional tras unos meses de trabajo. En este proceso han tenido dificultades, ya que no todo se había tenido en cuenta y han sufrido varias noches en complejas migraciones y resolución de incidencias. Tiene además un nuevo entorno sobredimensionado para poder abordar también las futuras cargas de trabajo.
El segundo perfil es en cambio todo lo contrario, es un perfil visionario y ensoñador, el cual está constantemente leyendo las últimas novedades sobre los entornos de TI y decide que la migración completa a la nube puede ser la mejor opción. Esta le dará una versatilidad sin igual para poder dedicar casi todos sus recursos a la innovación, pudiéndose desentender de la infraestructura para dedicarse a lo verdaderamente importante para el negocio. Para asegurar el tiro, ya que no quiere poner en riesgo de golpe su TI con una propuesta demasiado novedosa, decide hacer unas pruebas previas con unos entornos sencillos, que consumen pocos recursos tanto de computación como de almacenamiento y que no son críticos para la operativa. Todas estas pruebas son un éxito, ya que han podido provisionar todo de forma muy rápida, el coste parece que encaja ya que solo pagan por lo que realmente consumen y la complejidad no parece excesiva.
Llegando al tercero de todos ellos, es un perfil moderado con gran capacidad de análisis. Tras años de haber sufrido los rigores de los TI tradicionales y evaluando las ventajas que también le da la nube, hace un estudio en profundidad y toma una estrategia híbrida. Esta combina infraestructura inteligente que minimice la necesidad de recursos de gestión, así como también contrata servicios en la nube para poder ejecutar ciertos entornos muy variables en el tiempo. Preocupado por la liquidez de su empresa, no quiere provisionar infraestructura de más que no tiene garantizado su uso al 100% y quiere también evitar tener que acometer de golpe una inversión fuerte de renovación que a lo mejor no le aprueban y que podría dejarle con un entorno de mínimos. En este escenario encuentra que también existen proveedores que dan como servicio dichas infraestructuras en sus propios centros de datos, que le permiten pagar solo por lo que usa y tener muy acotado el coste.
Como en el cuento, llega el invierno figurado y con él su lobo, el monstruo del TI. Este tiene como objetivo causar el mayor daño posible a los jefes del TI para demostrarles que nadie puede resistirse a su poder y que no hay solución que realmente se le pueda resistir.
Por ello empieza por los que considera el punto más básico de todos, atacar el hardware. Se le ocurre empezar a generar errores en los sistemas de forma que el primer jefe de servicio se vuelve loco gestionando gran cantidad de incidencias, ya que su infraestructura es “barata”, y el soporte no es que esperaba. Sus recursos no dan abasto en labores no productivas, ya que muchas veces encontrar las averías es una labor compleja y cuando se encuentra la solución, restaurar el servicio no es fácil.
En ese momento, el segundo perfil mira atónito al anterior regocijándose en la suerte que ha tenido en migrar a la nube. El monstruo del TI no puede ni siquiera acercarse, ya que el Cloud le protege. En caso de fallo de una instancia asociada a ese “hardware virtual” que hay detrás, él puede recuperarla inmediatamente.
En el caso del perfil moderado, la inteligencia artificial asociada a su infraestructura le va detectando precozmente las incidencias y sorprendentemente para él, hoy se ha presentado proactivamente en sus instalaciones un técnico del proveedor para cambiar un componente que tiene un prefallo y que ni él, ni su equipo habían detectado. El técnico la cuenta que la IA abre casos automáticamente y que como tienen un contrato de pago por uso, quieren darle en mejor servicio posible.
No satisfecho con su primera fechoría, el Monstruo del TI decide atacar aún más fuerte y provoca un fallo en el entorno que es difícil de determinar si es hardware o software, degradando los sistemas hasta el punto que vuelve la empresa poco operativa.
Nuestro perfil tradicional, que no se ha repuesto del primer susto, entra en pánico. Tiene que lidiar con múltiples proveedores que le indican cada uno de ellos que su entorno está correcto y que mira al de al lado. Después de un mes de lucha, encuentra que el fallo es la compatibilidad de un driver asociado a una pequeña actualización que han realizado sobre su plataforma.
El segundo perfil, no cabe en sí mismo por la buena decisión tomada, él sigue centrado solo en sus softwares y aunque ha tenido problemas con las comunicaciones wan, las ha podido solventar en un tiempo razonable.
El tercer perfil sigue en su camino confiando en su inteligencia artificial. En el momento que realizo la actualización de software, la plataforma de IA se dio cuenta de la posible degradación del sistema y basándose en la información recopilada de miles de clientes a lo largo de todo el mundo, aplico un parche automáticamente que hizo que el sistema siguiera funcionando óptimamente. No ha notado interrupción del servicio y se conecta de vez en cuando a la plataforma de gestión para ver recomendaciones que la da IA para optimizar sus cargas de trabajo.
Continuando con nuestra historia, nuestro amigo el monstruo no está muy satisfecho, solo ha logrado cebarse con uno de los jefes de TI. Los otros dos han logrado salir más o menos indemnes. Por ello decide mejorar su estrategia y basándose en la gran transformación digital que está sufriendo tanto las empresas como la sociedad, eleva significativamente la necesidad de recursos que necesitan nuestros jefes de TI.
El perfil tradicional empieza adsorber las nuevas necesidades computación y almacenamiento de forma sencilla, ya que en el proyecto inicial ya estimo que tendría que asumir nuevas cargas de trabajo. Está contento ya que la costosa inversión que había realizado se empieza a justificar y respira aliviado de no tener la infraestructura infrautilizada, y sobre todo no tener que dar ya cuentas sobre ella. Por otro lado, empieza a preocuparse ya que si surgieran nuevos imprevisto tendría que acometer nuevas compras que le llevarían mucho tiempo y recursos gestionarlas. Además, si la necesidad fuera acuciante, su modelo de TI no podría con ello rápidamente y detendría los planes de negocio de la compañía.
El perfil visionario inicialmente respira aliviado por la capacidad que la da la nube de crecer rápidamente, pero entra en pánico en el momento que empieza a ver las primeras facturas. Las cuentas empiezan a no salirse, el uso de recursos se ha intensificado y el coste se dispara muy por encima de lo esperado. Intenta readaptar las tarifas dentro de los planes existentes de su proveedor pero el impacto es mínimo. Hace proyecciones a largo plazo y ve que el desastre puede ser peor. Tiene ahora problemas para ir a la dirección e indicar que el coste TI se disparado. Además no había tenido en cuenta el coste de cambiar de proveedor o volver a un modelo on-premise, ya que sacar la información de la nube es costosísimo. Empieza a pensar que la decisión inicial pudo ser precipitada y que una evaluación más detallada de donde depositar cada carga de trabajo hubiera sido mejor.
El perfil moderado cuenta con una estrategia híbrida que la hace respirar tranquilo. Su proveedor de infraestructura como servicio le ha sobreprovisionado capacidad (buffer) para que pueda utilizarla en caso de crecimiento. Dicha sobrecapacidad solo la paga cuando la utiliza. En caso de necesitar aún más, puede mandar a la nube determinadas cargas de trabajo que no requieran gran movimiento de información y permitiéndole tener controlado sus costes de TI. Además, siguiendo a vueltas con el uso de la inteligencia artificial, puede planificar y evaluar en qué entornos es más óptimo desplegar cada una de ellas.
Después de todo lo acontecido, los jefes de servicios tradicional e innovador se han dado cuenta que un análisis más detallado de cómo abordar el futuro de sus infraestructuras, les hubiera venido bien. No hay una única solución que se adapte a todos los clientes y los modelos tradicional y solo nube pueden ser perfectamente válidos, pero como ya predijo HPE hace 5 años y ha sido confirmado por la mayoría de los analistas, el mundo es actualmente mayoritariamente híbrido, con uso intensivo de la inteligencia artificial y con una implantación cada vez más fuerte propuestas de pago por uso.
Como ocurre en el cuento, el Monstruo del TI ha logrado derrotar a casi todos nuestros jefes de TI. En nuestro caso él no ha podido con un responsable de TI que perfectamente hubiera podido tener implantada infraestructura de HPE, HPE Infosight como plataforma global de inteligencia artificial y HPE GreenLake como solución de pago por uso que engloba todo.
Tribuna de Opinión de Galo Montes y Roberto Torres – Departamento de preventa de HPE
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