De la fotografía al almacenamiento de datos

  • Opinion

Fujifilm

Vivimos en un contexto donde la información es ilimitada y la cantidad de datos que generamos no para de crecer. De acuerdo con las últimas estimaciones de IDC, la cantidad de datos digitales creados o replicados a nivel mundial se ha multiplicado por más de treinta en la última década alcanzando los 64 zettabytes en 2020. Pero esta cantidad no es nada en comparación con lo que se espera en los próximos años. Según las previsiones, el volumen de datos generados en todo el mundo superará los 180 zettabytes en 2025, lo que supone un crecimiento medio anual de casi el 40% en cinco años.

Tribuna de Opinión

Los nuevos desafíos del archivo de datos

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Tribuna de opinión de Anna Baldrís, Business Development Manager Iberia de Fujifilm Recording Media

La digitalización de contenidos, los sistemas de inteligencia artificial (IA), el Internet de las Cosas (IoT), el uso de nuevas aplicaciones de alta resolución como el formato 4K o la realidad virtual son los principales impulsores de este gran crecimiento.

Rol de Fujifilm en el área del almacenamiento de datos

La fotografía fue la primera actividad de nuestra compañía, fundada en 1934. Fue precisamente este campo de conocimiento, la producción de material sensible para la captación de imagen y todos los procesos químicos relacionados, que nos abrió nuevas perspectivas y nos permitió seguir desarrollando nuestra tecnología para aplicarla en una gama de industrias mucho más amplia, como la del almacenamiento de datos a largo plazo, gracias a nuestra continua inversión en investigación y desarrollo (I+D) y nuestra clara apuesta por la innovación.

El área de negocio de Fujifilm Recording Media (RM) que tiene como actividad principal el desarrollo, producción y comercialización de cintas magnéticas destinadas, esencialmente, al archivo de datos y copias de seguridad, ha ido más allá esta última década.  Precisamente, para dar respuesta a los nuevos desafíos planteados por los usuarios en el entorno del archivo de datos, se ha creado un equipo especializado en soluciones de gestión de datos, ya que el archivo digital es un concepto reciente que exige un nuevo enfoque.

En esta dirección hemos creado un centro de datos propio en la central europea de Fujifilm RM ubicada en la ciudad de Kleve, Alemania, que almacena los datos en un formato neutro para liberar los datos de cualquier formato propietario, respondiendo a las repetidas demandas de los usuarios, y un centro de servicio técnico europeo de alta calidad con el objetivo de asesorar a los usuarios de cinta sobre cualquier problema o cuestión relacionada con sus soluciones de almacenamiento en cinta. Recientemente, hemos dado otro paso al frente, al desarrollar un software de archivo que permite el almacenamiento de objetos en cinta respondiendo a otra necesidad y tendencia del mercado.

Situación del mercado de cinta en la actualidad

La cinta ocupa, hoy, una posición de liderazgo en el terreno del archivo de datos, alcanzando una cuota de mercado de cerca del 60%, que crecerá hasta el 70% en los próximos años. El crecimiento de la capacidad anual entregada en cintas es del 24%, 60% superior al disco duro. Un crecimiento que se corrobora con el comunicado del consorcio LTO de mediados de 2022 en el que anunciaban que la tecnología de cinta había batido un nuevo récord de capacidad entregada a nivel mundial en 2021, superando los 59 exabytes nativos.

Actualmente, la cinta se ha convertido con diferencia en la solución más utilizada para el almacenamiento de datos a largo plazo por las grandes ventajas que presenta para el archivo respecto a otras tecnologías. Se trata de una solución inigualable en cuestiones clave como la vida útil de los archivos, la integridad de los datos, la protección contra todo tipo de ciberataques y desastres, el coste de propiedad, la huella medioambiental, el espacio necesario para acumular datos a lo largo del tiempo y la velocidad de escritura.

Las soluciones híbridas que combinan la tecnología de disco con la cinta son las que utilizan hoy cerca del 90% de las 1000 mayores empresas europeas. Por lo tanto, podemos afirmar que la mayoría de nuestros datos están almacenados en cinta: las películas que vemos en la televisión, los expedientes académicos de nuestros hijos, nuestro historial médico, nuestros impuestos, nuestras publicaciones en redes sociales... hasta la previsión del tiempo está en cinta.

La tecnología de cinta presenta una historia bien curiosa. Durante los años 90, las empresas guardaban sus archivos en papel y utilizaban cintas analógicas para realizar sus copias de seguridad hasta que apareció el disco duro, una tecnología mucho más conveniente para este uso. Los discos duros se utilizaban para almacenar información que se consultaba asiduamente y que debía conservarse durante poco tiempo. Mientras que la noción de archivo implicaba la salvaguarda de los documentos durante extensos periodos de tiempo, a veces incluso de forma permanente. La utilización de cintas fue disminuyendo progresivamente a lo largo de la década 2000 hasta la década 2010, marcada por la súbita aceleración de la digitalización de datos, la explosión de nuevas leyes en relación a su conservación a largo plazo, y los avances tecnológicos alcanzados estos últimos años.

Ante la gran oleada caótica de conversión de datos de papel y formato analógico a datos digitales, asistimos a un auge de normativas y leyes sobre la conservación a largo plazo de los datos digitales, por parte de las autoridades públicas, para paliar el riesgo de pérdida de datos de las empresas europeas ya que eran conscientes que la longevidad de un archivo digital era inferior al de un archivo en papel. 

Esto ha beneficiado claramente el impulso de la tecnología de cinta por el alto nivel de protección de datos que ofrece respecto a otras tecnologías de almacenamiento. La cinta puede conservar datos durante décadas, superando los 50 años en las últimas generaciones, es decir, entre 10 y 12 veces más que el disco duro. La integridad de datos de la tecnología de cinta es 10.000 veces superior a la de un disco duro Enterprise SATA y ofrece, además, la única protección real frente a ransomware o cualquier otro tipo de ciberataque y desastre ya que los datos quedan desacoplados de la red durante su almacenamiento, el llamado “Air Gap”. Aportando una seguridad suplementaria, al tratarse de un soporte amovible, que puede extraerse fácilmente de la librería de cintas y almacenarse en otra ubicación.

Aunque pueda parecer sencillo aumentar la capacidad de almacenamiento o la velocidad de una solución, los fabricantes se enfrentan a múltiples problemas durante el desarrollo de la tecnología para garantizar el buen funcionamiento y los criterios de calidad establecidos. En nuestro mundo magnético, cualquier aumento de capacidad o velocidad pone en peligro la calidad de las señales magnéticas enviadas por los datos a los cabezales de lectura/escritura de la unidad de cinta. Una pérdida de potencia magnética, un campo magnético débil y las dificultades de percepción de las señales emitidas por la cinta representan tres retos fundamentales de la tecnología de cinta en el área de integridad de datos. Por esta razón, cabe elogiar la continua inversión en I+D de Fujifilm e IBM, líderes en el desarrollo y fabricación de la tecnología de cinta, que ha permitido la incorporación de innovaciones tecnológicas revolucionarias para poder absorber la gran cantidad de datos que había que conservar a largo plazo. Las innovadoras tecnologías de recubrimiento de cinta de Fujifilm (Nanocubic Barium Ferrite y Strontium Ferrite) y los extraordinarios avances tecnológicos llevados a cabo por IBM (cabezal Terzetto-TMR y 32 canales de escritura) han permitido alcanzar unos niveles de rendimientos sin precedentes en la tecnología de cinta.

Ampliar el uso del almacenamiento en cinta puede tener, además, un impacto positivo para alcanzar los objetivos de sostenibilidad. La cinta es una solución mucho más eficiente y con una reducida huella carbono respecto al disco al poder conservar los datos durante más de 5 décadas sin consumir electricidad. Si el 60% del volumen de datos inactivos almacenados en disco en los centros de datos se trasladara a cinta, se estima que las emisiones de CO2 podrían reducirse en 72 millones de toneladas en solo diez años.

Por todas estas razones, la cinta se ha convertido en el producto estándar en el ámbito del archivo de datos y, cada vez, son más los usuarios que demandan un software que les permita almacenar objetos en cinta para poder beneficiarse de las grandes ventajas de esta tecnología.

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