La policía alemana cierra un centro de datos dedicado a actividades ilegales

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En un despliegue policial sin precedentes, las autoridades alemanas han intervenido un centro de datos que estaba siendo usado para actividades criminales dentro de sus fronteras. En esta operación se incautaron 200 servidores y se arrestó a siete personas, mientras que otras trece están siendo investigadas, para determinar su implicación en los delitos.

Para sorpresa de la ciudadanía, el gobierno alemán desplegó a un total de 600 policías en una compleja operación que tenía como objetivo intervenir un centro de datos que estaba siendo utilizado para actividades criminales, aunque no se han proporcionado muchos detalles acerca de ellas. Las instalaciones en cuestión estaban en el centro de datos conocido como Cyberbunker, que estaba en la localidad de Traben-Trarbach, en Alemania occidental.

Esta acción se ha desarrollado en diferentes frentes, ya que además de entrar en las instalaciones para detener su funcionamiento e incautar el material usado para cometer delitos cibernéticos, han actuado en otras localizaciones. Por un lado, buena parte de los agentes irrumpieron en el centro de datos, incautando unos 200 servidores, pero sin poder realizar ninguna detención.

Los arrestos se llevaron a cabo en un restaurante local y en Schwalbach, una localidad situada a las afueras de Frankfurt. En total, las autoridades han detenido a siete personas, y según han informado a la prensa, otras 11 están siendo investigadas para esclarecer su posible implicación en los hechos.

Al mismo tiempo se han producido otras acciones policiales coordinadas en varias regiones de Países Bajos, Polonia y Luxemburgo, vinculadas a las actividades que se relacionan con este centro de datos. En el comunicado oficial se destacan ciertos servicios ilegales que se gestionaban desde allí, como Cannabis Road, Fraudsters, Flight Vamp 2.0, oraqngechemicals y el segundo mercado de narcóticos más grande del mundo Wall Street Market. Y, según la policía alemana, desde estas instalaciones se realizó un ataque masivo a un millón de routers de Telekom a finales de noviembre de 2016.

Según se ha dado a conocer, este bunker era una antigua instalación de la OTAN, adquirida en 2013 por un ciudadano holandés. Se trataba de una estructura de varios pisos con un espacio interior de unos 5.500 metros cuadrados, con dos edificios de oficinas adyacentes, que sumaban otra superficie de 4.300 metros cuadrados. Todo ello en un terreno de unas 13 hectáreas.

Según dijo Johannes Kunz, jefe de policía regional, a los medios de comunicación, este ciudadano holandés, que actualmente tiene 59 años renovó el búnker “para ponerlo a disposición de los clientes, según nuestras investigaciones, exclusivamente para fines ilegales”. Añadió que es un gran éxito que lograsen que las fuerzas policiales accediesen al complejo que mantenía sistemas de seguridad de nivel militar. Y dijo: “Tuvimos que superar no solo las protecciones reales o analógicas; también rompimos las protecciones digitales del centro de datos”.

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