La guerra comercial entre EEUU y China reconfigura el sector de la fabricación de equipos TI

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Este conflicto económico se está recrudeciendo con cada ciclo de acción-reacción de los dos países implicados. Los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos a los productos tecnológicos importados de china están causando efectos muy diversos, que afectan tanto al sector de los centros de datos como al de la fabricación de servidores, equipos de red y plataformas de almacenamiento.

Desde que la administración Trump hizo públicos los nuevos aranceles que iba a imponer a las importaciones de productos tecnológicos provenientes de China, numerosos sectores han alzado la voz para prevenir de los efectos negativos que estas medidas podrían provocar en sectores clave como el de los centros de datos. Pero determinadas voces de la industria afirman que el impacto en el sector datacenter será limitado, al menos para los principales operadores de Estados Unidos, como Google, Facebook, Amazon, Microsoft e IBM. Según el último informe de DRAMeXchange, una división de TrendForce, los mercados de Norteamérica contribuyen con un 40% a la demanda global de servidores, teniendo como principales proveedores a las industrias ODM (Fabricantes de Diseños Originales) taiwanesas. Muchas de ellas tienen sus fábricas en China, por lo que se están planteando seriamente trasladar la fabricación a Taiwán para minimizar el impacto de los nuevos impuestos y “salir” del foco de esta guerra comercial. Estos aranceles comenzarán siendo de un 10% adicional para servidores, módulos de servidor, placas base, conmutadores de red y otros productos propios de los centros de datos, y se espera que el año que viene suban hasta el 25%.

 

Un impacto limitado para los operadores de EEUU

Según ha declarado Mark Liu, analista senior de DRAMeXchange, aproximadamente un 40% de la demanda mundial de servidores corresponde a los mercados de Norteamérica, principalmente por los pedidos de los grandes operadores de centros de datos hiperescala. Sólo con los pedidos a fabricantes ODM de Google como AWS, Microsoft se cubre el 20% de la demanda global de servidores, lo que hacía pensar a los expertos que los nuevos aranceles podrían perjudicar mucho al sector de los centros de datos, pero estas y otras compañías ya se han preparado para la nueva situación. Y los fabricantes que les proveen de equipos han tomado medidas para minimizar el impacto que suponen los nuevos impuestos.

De los operadores más grandes, quienes menos problemas prevén son Google y AWS, cuyos principales proveedores ODM fabrican mayormente en Taiwán, y han decidido aumentar la cuota de producción nacional para proveer al mercado estadounidense. Además, las instalaciones donde se ensamblan los equipos están afincadas en Europa y América, por lo que esta parte de su cadena de suministro no se verá afectada por los aranceles superiores impuestos a China. Por su parte, Facebook y Microsoft han llegado a acuerdos previos con sus suministradores ODM, evaluando los riesgos existentes y elaborando planes de acción que incluyen el traslado de sus fábricas fuera de China y el ajuste de sus márgenes comerciales para minimizar las pérdidas por ambas partes.

 

Los fabricantes ODM de Taiwán cambian de estrategia

Mientras que los operadores de centros de datos de mayor tamaño de Estados Unidos ya se han parapetado para protegerse de las consecuencias de la política arancelaria de la administración Trump, quienes se verán más afectados por ella serán los fabricantes ODM de Taiwán, como Quanta, Wistron, IEC y MiTAC. Una parte sustancial de sus negocios se centra en sus clientes americanos, por lo que las elevadas tasas aplicadas a las importaciones americanas de China podrían afectarles considerablemente. Estos nuevos impuestos gravan la compra de los elementos más importantes de la infraestructura de los centros de datos, como son los módulos de servidor, las placas base, determinados soportes de almacenamiento magnético, conmutadores de red y otros muchos componentes electrónicos. Gran parte de ellos se fabrican actualmente en China, y muchos de ellos también se ensamblan total o parcialmente en este país, por lo que los productos finales se pueden ver afectados por este incremento de tarifas. Otros se ensamblan definitivamente en instalaciones ubicadas en la zona libre de impuestos entre Estados Unidos y México, donde apenas sufrirán las consecuencias de este aumento de aranceles.

Cada uno de estos destacados fabricantes ODM taiwaneses está valorando una estrategia en función del impacto que podría tener para ellos esta escalada de la guerra comercial. Quanta, quien ese centra principalmente en el negocio de ODM directo, cuenta con AWS, Google, AZURE y Facebook como principales clientes y tiene sus centros de ensamblaje L10 en Estados Unidos, por lo que sufriría un gran aumento de costes debido a las importaciones de componentes provenientes de China. Para combatir esta situación está valorando seriamente trasladar la fabricación de los servidores y otros componentes de gran valor fuera de China.

La firma IEC no se vería tan afectada por la subida de impuestos arancelarios, ya que más del 60% de su negocio se basa en el modelo ODM convencional, fabricando equipos para otras marcas. Aunque otra parte importante de su negocio se encuentra en los pedidos de las empresas norteamericanas y chinas de servicios en la nube, como Google, Baidu y Alibaba. La estrategia de IEC en esta área es mantener el ensamblaje de equipos para Norteamérica en sus plantas de la República Checa y México, pero también está considerando trasladar las líneas de producción de placas base de nivel 6 de su actual ubicación en Shanghai a Taiwán.

Por su parte, la compañía Wistron, que es el mayor proveedor del mundo de placas base y servidores para fabricantes de equipos originales (OEM), podría acusar un gran golpe a sus beneficios por los nuevos aranceles de Estados Unidos, ya que suministra un gran volumen de equipos para firmas americanas como Dell o HPE. Según apuntan los expertos, para enfrentarse a esta importante crisis lo más probable es que decida construir nuevas líneas de producción en Taiwán, manteniendo a la vez las instalaciones que tiene en Zhongshan, en China. Mientras tanto, dedicaría sus fábricas ubicadas en la zona libre de impuestos entre Estados Unidos y México a la producción de servidores para sus clientes norteamericanos, minimizando el impacto de los nuevos aranceles.

 

Un futuro incierto para el sector

Según el análisis del sector realizado por DRAMeXchange, en general, y a corto plazo, los fabricantes de equipos para centros de datos reubicarán sus fábricas fuera de China, y sus instalaciones de ensamblaje en zonas no afectadas por la nueva política arancelaria de Estados Unidos. Pero señala que, debido a los grandes riesgos que se plantean a largo plazo, estas compañías probablemente acabarán trasladando sus fábricas de vuelta a Taiwán.

Este informe se centra en las consecuencias directas e indirectas que pueden generar las últimas acciones llevadas a cabo por la administración de Donald Trump, y en los efectos que esto tendrá para los fabricantes ODM de Taiwán y para los grandes operadores de centros de datos de Estados Unidos. En principio, indica que esta política agresiva no tendría grandes efectos negativos para estas empresas americanas, pero todavía hay muchas voces de la industria que afirman que numerosas organizaciones estadounidenses podrían acusar los efectos negativos de este gran incremento de aranceles. Incluso alertan de los graves problemas que pueden generar estas acciones en el ámbito del gran consumo, por el encarecimiento de determinadas tecnologías de uso cotidiano. Y también prevén importantes pérdidas de puestos de trabajo en todo el país, debido a los posibles recortes presupuestarios que tendrán que realizar muchas empresas que necesitan seguir invirtiendo en tecnología, y deben ahorrar costes en otras áreas.

Por otro lado, todavía no se han manifestado las más que posibles represalias de China ante el rumbo que está tomando la guerra comercial entre ambos países, y será necesario esperar unos meses para entender mejor la forma que está tomando este conflicto y las consecuencias que tendrá para el sector tecnológico y empresarial en ambos países, y en el resto del mundo. Porque no se puede desestimar la fuerza que está adquiriendo el tejido industrial de las empresas chinas que operan en el sector de las tecnologías de la información. Poco a poco están adquiriendo relevancia en cuanto al nivel de sus productos y servicios, y se están abriendo camino con fuerza en diversos mercados emergentes en todo el mundo, lo que podría minar aún más la cada vez más frágil supremacía de la industria tecnológica americana.

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