¿Vale la pena revender los discos duros al actualizar el centro de datos?

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A la hora de desmantelar la infraestructura heredada de un centro de datos las empresas deben valorar si considerar o no los viejos discos duros como un activo que se puede rentabilizar. Las opciones son revenderlos o eliminarlos de forma segura, y en ambos casos se debe garantizar que no será posible acceder a los datos antiguos.

Las actualizaciones del centro de datos conllevan hacerse cargo de la infraestructura heredada, valorando qué componentes aún son útiles para la nueva configuración, cuáles se deben reciclar o desechar definitivamente y cuáles se pueden considerar como un activo a revender para rentabilizar al máximo el proceso de reconversión del datacenter. Tradicionalmente, el enfoque de los planes de desmantelamiento de un centro de datos contemplaba por un lado los costes de la nueva infraestructura TI, con un componente muy importante de recuperación de activos, que buscaba recapturar el máximo valor posible de los viejos equipos. Así, se tendía a vender todo el equipamiento posible para obtener un capital fundamental que redujese los costes del proceso. Pero ahora entran en juego las consecuencias que podría tener una violación de datos, tanto por el robo de información como por las multas que debe asumir una compañía que no haya garantizado la seguridad y la privacidad de los datos. Esta es una cuestión vital, ya que en el contenido de estos discos puede haber toda clase de información confidencial, desde datos personales, financieros, investigaciones, detalles de patentes industriales, datos de clientes… Según un estudio realizado en 2017 por el instituto Ponemon, el coste medio de una violación de datos en Estados Unidos es de 7,35 millones de dólares, con un promedio de 225 dólares de pérdidas por cada registro robado. Con estas cifras hay que considerar con mucho cuidado si vale la pena correr el riesgo de vender las viejas unidades HDD o SSD.

En un principio, puede parecer que la mejor opción es borrar todo el contenido de los discos duros y comercializar aquellos que aún están lejos del fin de su ciclo de vida. Pero, para ello se debe garantizar una eliminación completa de estos datos, y es un proceso largo y costoso. Los expertos tienen claro que es muy difícil garantizar la completa eliminación de los datos almacenados en las unidades de disco duro, tanto mecánicas como SSD, y según diversos estudios, el 78% de los discos borrados aún contienen información recuperable. Para hacerlo de forma segura y con una certificación que ofrezca las mayores garantías de que la información ha sido completamente eliminada se debe recurrir a empresas especializadas. Esto conlleva un elevado coste, y se debe valorar con minuciosidad si compensa o no pagar por este borrado, teniendo en cuenta el precio final al que se venderían las unidades. Esta puede ser la opción más rentable si los discos aún tienen un valor significativo que se puede recuperar, o la única opción si el equipo es alquilado, pero si las unidades son de bajo coste y de su propiedad, probablemente lo mejor sea eliminarlas.

La destrucción física de los discos duros es la opción más segura para evitar cualquier riesgo de robo de datos, y para ello se puede recurrir a empresas certificadas que garantizan los resultados. El proceso comienza con la trituración de las unidades en el propio sitio, antes de que abandonen el centro de datos, y su posterior eliminación segura, ya sea en vertederos de residuos tóxicos o mediante un sistema de reciclado que permita extraer las sustancias valiosas que forman parte de los componentes internos.

Sea cual sea la opción elegida, vender o destruir, es vital recurrir a especialistas que cuenten con las certificaciones oficiales y que ofrezcan las máximas garantías para evitar riesgos de filtración o robo de datos valiosos.

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